Y Zapatero en el consejo de estado. Y Manolo Chaves en el parlamento nacional. Y Martín Soler ¿dónde está? ¿sigue en aquel famoso viaje a Valencia? Y doña Cristina Narbona, que nos vendió el plan agua como la gran y definitiva solución del agua para Almería, ¿dónde esconde su majestuosa figura? Fueron los grandes protagonistas para liquidar el Plan Hidrológico Nacional que iba a traer agua a todo el levante español y a parte de Almería.

Desde entonces han pasado diez años. No sé si estaría llegando el agua del Ebro a los regantes almerienses, pero andaría cerca. ¿Ahora qué nos encontramos? Una terrible sequía que afecta al río Andarax, al norte de la provincia y al levante. Con protestas en la calle, cabreo general del personal y con unos políticos que andan escondiendo sus andanzas con el plan nacional.

Recuerdo a doña Cristina, don Martín y don Diego presentando el plan, solución definitiva para la sed de nuestra provincia. Miles de desaladoras iban a construirse para que los agricultores no volvieran nunca más a tener problemas. Aquellas viejas pintadas en nuestras carreteras: ¡Más agua, más árboles!, iban a quedar definitivamente superadas.

Han pasado diez años y las desaladoras deben dormir el sueño de los justos y en cuanto la lluvia no llega no hay agua ni en el bajo Andarax.

Qué tendría que decirles y hacerles Almería y los almerienses a estos políticos que nos engañaron, nos quitaron un plan nacional con dinero de Europa, nos dijeron que las desaladoras eran la solución y que las iban  a construir, y lo único que han conseguido es que los regantes salgan a la calle, pancartas al frente, como no ocurría desde hace muchos años, para denunciar la inutilidad de sus planteamientos.Pero claro, para Zapatero, Chaves, Martín, Diego y Cristina lo primero eran los catalanes. El compromiso era con ellos. No podía llegar el agua del norte al sur. Es la solidaridad de los políticos catalanes con el resto del país.

Y los socialistas andaluces y almerienses bajaron la cerviz ante el gran ‘Zp’ y su primera gran medida tras llegar al gobierno fue derogar el plan que iba a traer agua para la sedienta Almería, una oportunidad que hundió el más gracioso de los presidentes que ha tenido España con la colaboración de sus compañeros en Sevilla y Almería. Difícil de olvidar.