Es lo menos que nos podemos peguntar  ante los riesgos que está  sufriendo nuestra infancia, nuestros niños,   quienes mas debemos de proteger, no solo a nivel particular, familiar, profesores,  educadores de todo tipo y también toda persona humana que tenga algo de sentido de responsabilidad, porque si no nos gusta el mudo que tenemos, parece que cada día se va empeorando más y estamos sufriendo en nuestras propias carnes, porque cuando lo mas débil de la humanidad es utilizada para  satisfacer la brutalidad del ser humano utilizándolos para satisfacer sus placeres, por muy mal sendero caminamos.

Y no importa el lugar donde  ocurren estos brutales actos, porque aunque ahora lo de las niñas sacadas en Nigeria de un colegio para violarlas y maltratarlas con violaciones a temprana edad, es el mas ruín de los actos del que hemos tenido noticias estos días.

En el silencio de mi casa, me pregunto  yo ¿Tenemos algo que ver en estos actos todos un poquito, que sumados dan lugar a estas barbaridades? Porque estamos consintiendo  que aparezcan como normales situaciones y cosas que no  lo son. Por el contrario  son completamente anormales. Hallamos  y contemplamos  y leemos en los medios de comunicación en todos, (prensa, Radios Televisiones), hablar con una ligereza  tremenda de cosas tan intimas como son el sexo, las relaciones entre el hombre y la mujer, que da lugar a los mas hermoso que hay en la vida, los hijos, para tornarlo en un frío juego, donde solo se busca una satisfacción carnal  que a la larga yo creo no se consigue, quitándole lo mas maravilloso del sexo, la entrega de la pareja guiada solo por el amor.

El sexo no es malo, es una atracción de la pareja  que los hace felices en esa entrega del uno al otro. Tampoco es  cierto eso de  que el “Sexo es libre”  como anuncian  por todos lados, las relaciones entre el hombre y a mujer  exige  un estar enamorados ambos y guardar un equilibrio normal.

Siempre que  toco este tema me acuerdo de  aquello que dijo no sé qué filósofo del XIX “El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y practica el sexo sin estar enamorado”. Y este no estar enamorado de la pareja es lo que hace que el sexo  camine como decía antes por senderos equivocados y  no recomendables.

Desde que el mundo es mundo, desde que lo creó Dios, como leemos en el Génesis al crear al hombre y la mujer “vio Dios que era bueno”  y de esa pareja gracias a la atracción sexual fuimos naciendo generaciones y generaciones… La verdadera diferencia con los animales es que  los hombres y mujeres tenemos otra forma de sentirlo y anhelarlo, la mejor de ellas  sentir primero el amor y que éste nos lleve a practicarlo. Por ello creo que hay una falta de sensibilidad, y de formación muy grande y cada día mayor en este mundo que nos ha tocado vivir, yo les animo a preguntarse  qué mundo queremos dejar a  las generaciones que nos siguen y, sobre todo, qué les enseñamos a nuestros hijos.