Las maquinarias del poder informativo
La podredumbre se manifiesta casi siempre recoriendo el mismo circuito
Las generaciones jóvenes deben de estar bastante perplejas ante la anchura, la profundidad y el escándalo permanente de la corrupción. Cinco mil políticos imputados de todos los colores, gobierno central, autonomías, empresas por libre, arribistas, etc. En general la podredumbre se manifiesta casi siempre recorriendo el mismo circuito: hombre de negocios aliado con un político poderoso que consigue la adjudicación ilegal de un proyecto urbanístico. Quien dice proyecto urbanístico dice también cualquier pelotazo de otra índole. Aquí entran también los directores de bancos y cajas de ahorros , sus enormes sueldos, sus vidas fastuosas con cacerías y vacaciones en Africa. Omito, por estar demasiados trillados, los casos de Bárcenas y Blesa s, y que me perdone esa pobre gente estafada de las preferentes que no tiene otro recurso que salir a la calle con el cencerro y el grito desesperado. Lo que yo vengo a poner de relieve hoy es otra cosa. Los jueces están a punto de terminar su instrucción sobre el caso Gúrtel y sobre los ERES en Andalucía. Poco a poco, con mucha dedicación y no poco trabajo, comenzamos a entrever la extensión del mal. El gran pulpo ha tocado a ex ministros, familias de exministros, políticos del PP, políticos del PSOE. El pulpo ha aprovechado hasta la venida del Papa, estuvo invitado a la boda del siglo en el Escorial; regaló a manos llenas relojes y trajes; corrompió a su paso todo lo que se encontraba. La pregunta de un currinche de la información es como sigue: Mientras toda esta supuesta descomposición pseudodemocrática sucedía ¿qué hacían los medios de información adheridos al poder? ¿Qué hacía Canal Nou? ¿En qué se entretenía Telemadrid? ¿A qué se dedicaba Canal Sur? Dice la prensa que Canal Sur tiene 34 directivos que cuestan 2,2 millones al año. Tiene también un consejo de administración compuesto por 15 miembros con un coste de un millón de euros. Canal Sur cuenta además con una plantilla de 1.500 trabajadores y su presupuesto apenas si se sabe porque no es la primera que habido que añadir alguna cantidad adicional. La pregunta es ¿por qué entre tanto periodista de la casa no hubo ni uno siquiera que se enterara de la metástesis de los ERES? ¿Cómo aquel pudridero pudo extenderse y durar tanto tiempo? En fin, esperamos salir pronto de dudas.