Papeleras con la cara del enemigo
Las animadversiones pueden alcanzar fácilmente proporciones wagnerianas
Supongo que todos ustedes se habrán visto alguna vez en el penoso trance de comprobar que lo que acaban de pisar en la calle es –chofs- un fragmento de popó. A todos nos ha pasado. Eso sí, vamos a conformarnos con que la procedencia sea canina y no otorguemos carta de naturaleza humana al incidente, que siempre puede ser peor la cosa. En todo caso no parece que campañas o medidas municipales puedan evitar el desaprensivo comportamiento de los animales que salen a pasear con sus perritos sin la pertinente bolsa de contingencia para recoger la inesperada, pero probable, deposición de su fiel mascota. Y así no es difícil arruinarse unos zapatos por pisar en donde previamente se ha desahogado el acompañante del cenutrio que lleva la correa. Sin embargo, nos llegan noticias de esperanza en la lucha contra el aplastamiento indeseable de truños: en Lima (Perú) se ha puesto en marcha una iniciativa anti-cacas que, por el momento, está ofreciendo buenos resultados. Se trata de personalizar las papeleras con rostros de personajes impopulares para que de ese modo éstos puedan “comerse” el pegote. Pero claro, esto es Almería y por mucho que el Ayuntamiento se decidiera a dar el paso de la customización de las papeleras, nos veríamos enfrascados en una acalorada polémica sobre quiénes deberían o no ser protagonistas de tan sucio reclamo. ¿Líderes políticos? ¿Celebridades siliconadas? ¿Banqueros? ¿Futbolistas? ¿Arbitros? ¿Empresarios inciertos? ¿Suegras fastidiosas? Aparte de eso no olvidemos que en Almería las animadversiones pueden alcanzar fácilmente proporciones wagnerianas y no sería de extrañar acabar viendo a enfurecidos amos dejando sueltos al perro para poder aplicarse personalmente en la deposición de su desprecio en el interior de la papelera ilustrada con la imagen de su enemigo predilecto. A veces es peor el remedio que la enfermedad.