La Residencia Asistida de la Diputación de Almería atiende a más de doscientos ancianos, discapacitados físicos y psíquicos, de una forma modélica. Es objeto de interés de instituciones sociales europeas que frecuentemente visitan sus instalaciones para tomar nota de su buena gestión. Situada en una finca de propiedad pública de cien mil metros cuadrados de extensión, un vergel en la Vega, y un remanso de paz para la tranquilidad de nuestros mayores más necesitados. Su ubicación posibilita aplicar módulos de asistencia personalizada al residente, lo que no puede hacerse en otras residencias compactadas en un único edificio vertical. Su construcción armónica y sostenible  posee distintas unidades residenciales separadas y a la vez integradas en un espacio común rodeado de setenta y cinco mil metros de jardines. Esto permite a su excelente personal cualificado, ofrecer la mejor atención médica y biopsicosocial posible, y a la vez su estructura facilita a los residentes la mejor convivencia y calidad de vida. Todos los gobiernos que han pasado por la Diputación han contribuido a este logro. El actual, gobernado por D. Gabriel Amat pretende finiquitarlo. El Presidente junto al alcalde de Almería van a realizar una operación urbanística para construir un edificio compacto en una zona céntrica de la capital. Alli se encerraran estas personas con discapacidades psíquicas, limitándoles el gozo de este espacio. Hará imposible a los cuidadores, diferenciar enfermos de distinta etiología para su tratamiento. Los discapacitados físicos no tendrán la misma movilidad sometidos al uso de ascensores y lo que es peor para todos, será imposible generar espacios de tranquilidad y convivencia. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué destruir una riqueza provincial que tantos años ha costado consolidar? ¿Por qué empeorar las condiciones de vida de los que más lo necesitan? Nadie cree la justificación que dan, diciendo que estarán más cerca de los familiares, cuando hay residentes de la provincia ¡Mienten! La verdadera razón es ideológica y esconde un objetivo político perverso. ¡No quieren hacer gasto social para esta residencia! Su objetivo es desprenderse de ella , y lo más fácil para D. Gabriel es, reducirla, encargar su gestión a una empresa privada, disminuir el número de trabajadores, abaratar la asistencia a costa de perder calidad y luego aplicar la nueva ley del PP que prohíbe a la administración local las competencias sociales. ¡Hasta donde van a llegar estos desalmados! : Depende de usted…