La sociedad del cansancio
Ensayo del filósofo surcoreano, formado en Alemania, Byung- Chul Han

Byung reivindica la vida contemplativa. Es lo que más necesita nuestra salud mental.
Me atrae la cultura de Corea del Sur, su cine, su literatura y ahora también su filosofía. Estoy acabando la segunda novela de la Premio Nobel de Literatura, Han Kang, “La clase de griego”, y ya tengo que anunciar que debo de volver a leerla. Me cuesta comprenderla, captar la sutil sensibilidad de esta autora en la descripción de las complicadas relaciones humanas, donde los traumas y las discapacidades sensitivas marcan el ritmo de nuestro lenguaje habitual.
Sin embargo, la próxima vez que vaya a la capital quiero comprarme “La sociedad del cansancio”, un ensayo del filósofo surcoreano, formado en Alemania, Byung- Chul Han. Lo he descubierto por el anuncio de que recibirá el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de este año. Y lo poco que he leído de él me ha reconfortado. Vivimos agotados en un vacío constante y necesitamos ayuda.
Estimábamos el concepto de autorrealización como la máxima expresión del éxito y la felicidad y había que ser feliz a toda costa. Pero en esta sociedad del rendimiento, la autorrealización se ha convertido en una autoexplotación y la felicidad en una obligación. Ya no queda tiempo para aburrirse porque la felicidad se ha concentrado en el exceso múltiple de estímulos.
Con anterioridad a este neoliberalismo salvaje el trabajo era un deber, si no trabajábamos nos convertíamos en parias, en marginados. Ahora somos víctimas y verdugos a la misma vez, y ya no hay cabida a la revolución, el comunismo es solo marketing, y caminamos hacia la depresión y la autodestrucción.
Ante esta situación, Byung reivindica la vida contemplativa. Es lo que más necesita nuestra salud mental. Buscar el equilibrio entre la vida activa y la contemplativa. Contemplar, por ejemplo, un rato el cielo y percibir en las nubes formas sugerentes.