A  la mayoría de los socialistas almerienses y a algunos de sus amigos y colaboradores en todos los sectores, incluido el de los plumillas, les ha entrado una “susanitis” de padre y muy señor mío. De justicia es reconocer que algunos alcaldes socialistas se han atrevido a hablar de la nueva marginación que sufre Almería, aunque no sé si les va a durar mucho tiempo. Si de verdad lo que le importaba a Susana Díaz era un gobierno sólido, sin cuotas provinciales, tendría que haber dejado fuera a la consejera que le ha dado a Jaén. Y Almería no tendría argumento político que arrojar a Sevilla. Susana era consciente de que con la señora Víbora en el gobierno Almería se levantaría en armas, como así ha sucedido.

Almería está en la cabeza de la presidenta, dice el señor Jiménez, don Mario. A freír don Mario. Lo que usted quiera, pero a freír. ¿Cree usted de verdad que nos vamos a creer sus palabras? Vamos don Mario, por favor, que ya somos mayorcitos, que llevamos treinta y tantos años bajo la bota del socialismo andaluz y les conocemos de sobra por Almería. Claro que la presidenta no se ha andado por las ramas: “Me siento muy unida a los intereses de Almería”. Ya lo hemos comprobado, señora presidenta. Digo unida. Ya dijo en su momento que los almerienses notaban que la Junta estaba muy cerca de ellos. Y tanto que está cerca pero para hacerle la puñeta (perdón), la zancadilla cada vez que puede. Lo de que se trataba de hacer un “gobierno sólido”, pronunciado también por doña Susana me ha dado un subidón. Entiendo señora Díaz que si hubiera puesto de consejero al almeriense Sánchez Teruel su gobierno ya no sería un “gobierno sólido”, un “gobierno fuerte”, un “gobierno unido”. Pobre José Luis, cada vez que habla la presidenta lo deja en peor lugar ante sus paisanos. Y mira que el hombre intenta defenderla, será por aquello de los puestos intermedios, tan importantes o más para el gobierno de la comunidad. Ahora con las migajas a conformar a sus chicos de Almería, eh.  Dejando esto aparte, vamos a esperar que los hechos nos demuestren que Almería está en su cabeza y que se siente muy unida a los intereses de nuestra provincia.  Si llega esa demostración, si a Almería se le acaban los problemas con la Junta, yo también seré “susanista”.