Susana: entre la burla y el desprecio
Susana: entre la burla y el desprecio
La sociedad almeriense está mostrando a través de órganos empresariales y medios de comunicación su indignación y hartazgo ante el nuevo desprecio del PSOE andaluz a Almería y a los almerienses, a los que vuelve a dejar fuera del gobierno de la Junta de Andalucía.
No es algo nuevo, pero ya cansa. Y cansa porque acumulamos tres largas décadas aguantando el menosprecio, la marginación, el olvido y la indiferencia con la que los socialistas miran a Almería desde la lejana capital sevillana.
Cifras claras Las cifras son clarísimas al respecto y ni siquiera el más entregado de los palmeros del socialismo sevillano podría encontar rasgos de aprecio o cariño en el demoledor dato de que en estos treinta años de gobiernos socialistas, de los doscientos nombramientos de consejeras y consejeros que se han producido, tan sólo en cinco o seis ocasiones se ha llamado a algún almeriense para desempeñar ese cargo.
Es decir, que para los socialistas de Sevilla, Andalucía es una comunidad que puede ser gobernada por consejeros de toda Andalucía, pero raramente por almerienses. Y lo más sangrante es que durante este tiempo, sectores tan netamente almerienses como el agrícola han supuesto y suponen para Andalucía un importantísimo valor en cuanto a la generación de actividad económica.
Programa En este sentido debo recordar que el Partido Popular incluía en el programa con el que se presentó y ganó las últimas elecciones autonómicas el traslado de la sede de la Consejería de Agricultura de Sevilla a Almería. Y ello obedecía al simple sentido común de saber y querer aprovechar la proximidad y el conocimiento cercano de los problemas reales del campo. Es un modo distinto de entender Andalucía y del papel que Almería juega en ella.
Gestión socialista Los almerienses hemos de padecer el peso histórico de los errores de la visión centralista y prepotente que desde Sevilla llevan imprimiendo a su gestión los socialistas durante décadas. Y Almería está diciendo que ya basta; que ya está bien de abusos y desprecios.
Pero los socialistas de Sevilla no sólo siguen emperrados en considerarnos a los almerienses como andaluces de segunda, sino que además coronan el agravio con el recochineo de la burla: la heredera del fugado Griñán, la presidenta Susana Díaz aseguraba días atrás en una entrevista que ella se sentía “muy unida a los intereses de Almería”.
¿Y cuál es el modo que ha encontrado Susana para demostrar su identificación con los intereses almerienses?.No contar con los almerienses en su gobierno. Pues gracias por nada, presidenta.