Que uno sepa el tren entre Almería y Madrid viene tardando en torno a siete horas desde hace años. Qué digo años. Décadas venimos sufriendo los almerienses unos trenes de segunda.

¿De segunda? ¿No está siendo usted muy benévolo con los rectores de Renfe? Algunos pensamos que seguimos con trenes y horarios de tercera. O no se ha dado cuenta de que hoy se llega a Madrid en dos horas y media desde ciudades que están tan alejadas de la capital como lo está Almería.

Pero no me diga querido paisano que no es hermoso leer que toda una señora ministra manifieste que está trabajando para que los ciudadanos estemos por tren a menos de siete horas de la capital del reino. Lo van a rebajar en quince minutos. Siete horas menos cuarto, va a ser lo que van a tardar los nuevos caballos de hierro. No sé a usted, pero a mí me llena el alma de ilusión.

Cómo nos metemos con una señora que reconoce los desequilibrios y dice estar trabajando para solucionarlos. Un premio, a la señora Pastor, (pastora de don Rajoy en temas de trenes), que le den un Indalo de premio.  En la España del siglo XXI que alguien nos venga con que está trabajando para rebajar quince minutos un trayecto de siete horas suena (cuanto menos) a tomadura de cabellera. Y eso que los indios comanches de las novelas de Zane Grey dejaron de cortar cabelleras hace un par de siglos.

Que en Almería estemos a estas alturas discutiendo por quince minutos parece de risa. Tendríamos que hacer la lista de los ministros que han pasado en estos treinta años por las vías del tren, de los políticos almerienses que han vivido en Madrid de nuestros impuestos, de los alcaldes y presidentes de la diputación que han dicho defender a los almerienses y recordarles que Almería lleva décadas a siete horas de Madrid.

¿A qué se han dedicado en todos estos años? A cobrar sus buenos sueldos y disfrutar de sus prebendas seguro. A trabajar por los ciudadanos ya no estoy tan convencido.

Creo, ya no estoy seguro de nada, de que los dos grandes partidos (Pp y Psoe) han pasado por ese ministerio de trenes y por la responsabilidad en ayuntamiento y diputación. ¿De qué nos han servido estos señores?