Todos los andaluces son plenamente conscientes de la escasa relevancia y trascendencia de esas ocurrencias disfrazadas de ley que van pariendo a medias PSOE e IU en la Junta de Andalucía. Un día se decide apoyar a quien robe en los supermercados u asalte fincas, otro se anuncian medidas solidarias que no cuentan con dotación económica, sin olvidar las pretensiones de expropiar pisos a los bancos. Pero como parece que al bipartito no le basta con que su singular gestión sea conocida en Andalucía y el resto de España, no ha tenido mejor idea que buscar el respaldo de la Unión Europea en alguna de sus “medidas estrella” como la incautación de pisos sugerida por la consejera Elena Cortés, que lamenta que su cargo le impida formar parte de los grupos de acoso domiciliario.

Pues bien, en Bruselas también les han dicho a estos señores que tengan cuidado con lo que anuncian, porque pueden estar cometiendo una flagrante ilegalidad. Habrá que agradecer la educación y la cortesía con la que desde Bruselas se ha puesto en su sitio a este insólito equipo de gobernantes que padecemos los andaluces. Pero para comprender que el bipartito PSOE-IU es un cero a la izquierda no hace falta acudir a las recomendaciones de Bruselas o a las advertencias del Gobierno de España: basta con comprobar las cifras y datos que arroja el balance de su gestión. Es lamentable que mientras el 37% de los andaluces está en paro, la Junta de Andalucía dedique tiempo y recursos a la generación de políticas de altavoz y pancarta en lugar de preocuparse por crear un marco real de crecimiento y bienestar para todos. Y es que las presuntas políticas de empleo del bipartito no son más que un fraude a las expectativas del casi millón y medio de andaluces que no tienen trabajo, porque sus medidas son irrelevantes, ineficaces e imposibles. Y sus anuncios no son más que eso: enunciados publicitarios de corte propagandístico que no pueden ocultar la permanente concatenación de fraude sobre fraude y mentira sobre mentira.

Y así, la Consejería de Empleo ha pasado de ser la cueva de Alí Babá del expolio de los ERE falsos, a una agencia publicitaria llena de planes vacíos y de expectativas irreales. El vacío es de tal magnitud que la misma consejería de Empleo ha terminado engullida por una macroestructura que sólo pretende esconder el saqueo de dinero público y ocultar que no sirve para nada.

La mejor prueba es que una administración tan volcada y entregada en la propaganda no puede mostrar ni una cifra positiva de creación de empleo, ante lo que prefiere lanzar las campanas al vuelo con ocurrencias solidarias para las que no tiene dinero, como el anuncio de las comidas gratis para los niños andaluces, o la más estrambótica propuesta de arrebatar pisos a los bancos mientras la propia Junta de Andalucía intenta desesperadamente tratar de maquillar el amplísimo parque de viviendas sociales vacías que, por supuesto, ni considera expropiar o entregar a las familias que atraviesan dificultades económicas.

Socialistas y comunistas tienen un serio problema con los conceptos económicos y por eso elaboran proyectos inverosímiles (como el que acaba de presentar IU para crear empleo) destinados al fracaso incluso antes de que hayan sido redactados. Y es que el bipartito PSOE-IU no puede, por mucho que insista, cuadrar el círculo de la eficacia con el de la propaganda y el auxilio mutuo: son una calamidad conjunta que ya conocíamos los andaluces y españoles y que ahora también, gracias a su sorprendente desahogo, también conocen en el resto de Europa.