El mochuelo
El mochuelo
Disculpen que no me tome demasiado en serio la aparente hemorragia de transparencia que está sufriendo estos días la Junta de Andalucía evacuando evidencias de un pequeño y presunto pufo de 300.000 eurillos (una fruslería para los usos y disfrutes habituales en nuestro gobierno autónomo) en la Delegación de Medio Ambiente de Almería. Cuando es la propia Junta de Andalucía la que filtra el asunto a los medios (la Junta denunciando a la Junta, ojo al dato) y se produce además un desfile mediático de políticos autonómicos dibujando, cariacontecidos, el clarísimo perfil de una víctima propiciatoria al que le quieren colgar el mochuelo de un modo tan inclemente, el ambiente se medio impregna de esos aromas de alacena y obrador pastelero que preceden a la elaboración de un embeleco mediático. Que lo deguste quien quiera. Y es que todas esas explicaciones de que existía una cuenta “no fiscalizada” de la que se extrajeron durante años cheques al portador que sólo podían autorizar dos personas, etcétera, podrán parecer al lector más cándido un indeclinable arrebato de decencia o, como dirían ellos en su lenguaje artificial, una muestra de la “tolerancia cero” que la Junta de Andalucía observa con todas las formas de ilegalidad. Pero como por desgracia la larga trayectoria de la administración autonómica está trufada de hechos delictivos (Invercarias, ERES y otras flatulencias) en donde la propia Junta de Andalucía ha maniobrado por activa y por pasiva para eliminar todo trazo de responsabilidad individual y corporativa (ahí están las andanzas del Comando Fairy lavando tazas y vasos por los despachos) este alarde de señalamiento público apunta a ser la evidencia de que no se ha querido poner en marcha el procedimiento habitual de borrado de pruebas para poder ganar un argumento a favor de la lucha por la ética. Y si, de paso, se cobra una pieza que poder añadir a la galería de afinidades caídas en desgracia, se pueden matar lindamente dos pájaros –pum- de un mismo tiro. Nada más propio en un asunto de malversación de cánones de uso de cotos cinegéticos.