Un camino atrevido

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, durante la rueda de prensa de este jueves 12 de junio.
Recuerdo a Rubalcaba en Almería en un encuentro con militantes buscando apoyos de cara a la Secretaría general del PSOE, frente a Carme Chacón (que en paz descansen); yo le hice una pregunta, la que, como siempre, supo bandear sin entrar en el fondo, pero comenzó con un “¡Ya veo que aquí preguntáis con cañones!”. Mi pregunta fue que si no pensaba que, si el Presidente del Gobierno y el Secretario General del Partido no son la misma persona, no sería mejor como forma de control verdadero hacia quienes ostentan el poder; además así, el PSOE podría hacer una verdadera labor de sustento del Gobierno o de desaprobación del mismo para que no se alejara de los postulados del Partido. Y visto lo visto, con bicefalia, hoy el Gobierno no estaría en tela de juicio.
Es un dato objetivo que Sánchez ha puesto consecutivamente al frente del PSOE, mientras él ha gobernado, a dos personas impropias de tener el mismo carnet que quienes dieron su vida por la democracia y consiguieron las cotas de derechos y libertades actuales, de quienes han luchado por la igualdad de oportunidades dejándose la piel en ello. Solo por este motivo, Sánchez debería poner su cargo a disposición de quien le sostiene, su partido. Para llegar a la Secretaría general del PSOE dijo que “Hay que coser al PSOE con la voz de la militancia, y no cuatro en un despacho”, es el momento de demostrarlo, porque igual es mejor perder al líder que a toda la manada, pues el miedo a un Gobierno de corruptos de derechas y herederos franquistas es el mismo hoy que mañana. Igual no habría que adelantar elecciones sino cambiar de presidente, alguien solvente y pacificador, con dotes de cohesión territorial como Salvador Illa.
Y es que, como dijo el gran filósofo Séneca “En la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido”.