Es una verdad como un templo que muchas criaturas, poseídas de un orgullo estúpido, no den su brazo a torcer, se dediquen a almacenar odio en vez de acumular conocimientos y practicar las buenas maneras, acompañadas de buenas intenciones, muy apropiadas para conseguir abrirse camino en el bosque intrincado que es nuestra sociedad y llegar a la meta de la Gloria donde el gozo debe ser inefable. No quiero ni puedo dirigirme a nadie en particular; mi intención es ayudar a todos sin interés alguno.

Antes de proseguir quiero valerme del poco tiempo  que me queda y hacer una pequeña semblanza de varias damas a las que conocí en la vieja tertulia de la Plaza Santa Rita y cuyo moderador, Diego Cazorla, imponía su autoridad con equidad justa y valedera. Pilar Pérez Martínez que, sencillamente, me conmovió ayer y hoy sigue inmune al tiempo impío; Carmen Alcalde Carbajo es una poeta que ha llegado a las cumbres más altas; Dolores Agüero ha sido y es escritora y poeta de relieve superior; Mercedes Soler tiene la frase justa en sus labios gordezuelos y una sonrisa de agrado que turba. Sabes que te quiero igual que a Eduardo -del cual se aprende mucho- y a ese niño llamado Edu, dueño absoluto de vuestros corazones.

Una mujer, hoy alejada de mi vida, y tal vez de la suya, me dijo: “Observa que las timoratas solo citan al clero porque son seres corpóreos. A dios, Sumo Hacedor, jamás. Una vez más  censuro el fanatismo -a veces erotismo disfrazado de piedad- que de alguna manera rompe el ritmo de una posible inspiración. Los políticos actuales no saben, no contestan.  No es el caso del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. En la entrevista  televisiva se portó como uno de pro. Algunos periodistas le buscaron las cosquillas de forma insistente y quedaron KO. La semana empezó con la noticia espectacular, por inesperada, de la dimisión de Esperanza Aguirre, creadora de polémicas donde las haya pero receptora de una lluvia de panegíricos sin fin. La muerte de Santiago Carrillo también mereció comentarios laudatorios por su  actuación durante la Transición. Él, que para muchos era casi un enemigo público logró, merecidamente, el reconocimiento. Le conocí hace años en una cafetería llamada Olinka por entonces; le vi desayunando solo, le abordé y le pedí permiso para sentarme al lado. “Sí” dijo. Y añadió: “hoy pago yo, mañana tu. No escribas nada sobre mi”. Ignoro si cumplí mi palabra. Fueron dos mañanas en las que sus palabras pausadas y sabias calaron en mi corazón que hoy late despaciosamente.

Un tema ya recurrente en mis artículos es el trato que Resurrección Galera recibió y recibe del obispo. Yo le diría: “Deja en paz a esta señora y no olvides que Jesucristo dijo:”Amaos los unos a los otros”. El presidente de la Generalitat ha obtenido un no en respuesta a sus inconstitucionales pretensiones y la crisis sigue depauperando a la clase media.

Consulto con  Pilar Pérez sobre la publicación de un fragmento poético y ella cede con gusto el lugar a Carmen Alcalde Carbajo: “Brindaste tus caminos al soñador, tu página escondida. Manejaste destinos. Fuiste inicio, partida ¡En ti surgió el origen de la vida!”