La visita
Hace días que no salgo a pasear por culpa del viento. Entonces me he puesto a ver cine

Fotogramas del filme de Almodóvar \'La Mala Educación\'.
Hace días que no salgo a pasear por culpa del viento. Paradójico viento que de día me impide salir y sin embargo por las noches me acompaña en mi soledad. Siento sus ráfagas, metida dentro de la cama. A veces creo que va a levantar el tejado y se lo va a llevar volando, quedándome indefensa a la intemperie. Pero eso son solo mis miedos.
Como no podía disfrutar del placer de encontrarme en medio del valle, que es el centro del universo para mí. Rodeada de sierras por todas partes, y con una salida al mar a lo lejos donde se ven barcos flotando. Conformando además un círculo de 360º de cielo a mi alrededor en el que confluyen todos mis horizontes. Entonces me he puesto a ver cine.
La película elegida ha sido “La mala educación”. He tenido que verla dos veces seguidas para comprenderla y distinguir la realidad de la ficción dentro de la misma película. La mezcla es tan perfecta que fácilmente se pueden confundir y no darte cuenta hasta el final de cuál es el presente y qué corresponde a la película que se está rodando dentro, basada en un relato titulado “La visita” y escrito por uno de los protagonistas. El cine dentro del cine.
Me recordó a mi infancia en un colegio de monjas. Los pecados veniales y mortales. El cielo y el infierno. La represión. Mi introspección sobre la figura de Dios durante un verano de mi adolescencia. A partir del cual empecé a ser diferente. Mi percepción de la vida cambió. “Ya no creo en el infierno, no tengo miedo, y sin miedo soy capaz de cualquier cosa”, se lee en “La visita”.
A pesar de haber pasado más de veinte años del estreno de esta película, la siento tan actual como casi todo el cine de Almodóvar. Por eso puedo concluir con una de las frases que se mencionan en este filme: “Es como si todas las películas hablaran de nosotros”.