El monstruo
El monstruo
Me tomo la lilbertad de apropiarme de la imagen utilizada por Arranz en esta misma página. En efecto, el Algarrobico es un monstruo al que, entre dimes y diretes, le van creciendo los tentáculos como garfios opresores. Goya hubiera hecho del asunto un buen "disparate" para su colección.
Los sueños de la razón (económica) produce monstruos y si faltaba alguien en este aquelarre urbano/turístico ahora viene Amat y se pone al frente de la teoría conservadora. No dispongo de espacio para hacer aquí la historia completa con sus trampas, sus media verdades, sus aspiraciones humanas tanto de los constructores como de los ecologistas. Pero las luchas internas en el PSOE, con sus avances y retrocesos, junto a la natural demora de los tribunales de justicia y la presión de la ciudadanía, han convertido este caso en un absurdo enladrillado que ya ha dado la vuelta al mundo. Tiene mucha guasa que algunos cualificados representantes de la burbuja devoradora del litoral vengan ahora a legalizar el desastre ambiental. Las excusas siempre son las mismas: no se pueden perder trescientos puestos de trabajo. El atentado contra lo público parece que no interesara al PP -¿Se ha sopesado bien lo que perdemos las ciudadanos con la privatización de la playa?-. Y luego están los tribunales. Entre sentencias, recursos, querellas e indemnizaciones el proceso.lleva camino de eternizarse para divertimiento de nuestros politicos que en tiempos neutros se las pasaban muy bien echándose las culpas unos a otros mientras cobran. Da la impresión de que el monstruo ha crecido tanto que no hay quién dispare primero.