Se equivocó la gaviota
Se equivocó la gaviota
Da la sensación de que gran parte de la clase política no se entera de que la ciudadanía no vive en su burbuja dialéctica diaria, de que la gente quiere palpar a quienes pretenden representarle, de que lo que verdaderamente le importa es su día a día, que su familia viva bien, que no le machaquen en el trabajo y mantenerlo o encontrarlo, le importa desenvolverse en un entorno agradable, que si tiene alguna dolencia lo atiendan… se les olvida a algunos políticos que la política debe servir para hacer felices a las personas, no para bombardearles con problemas y más problemas.
Pues parece que Arenas se quedó en la ribera suya, en coche oficial de alta gama durante toda la campaña, sin mancharse los zapatos, al contrario que el PSOE. Se equivocó la gaviota, se equivocaba intentando engañar de nuevo, dejando indefenso al proletariado, con despido de saldo y el consecuente fomento del ¡sálvese quien pueda!, todo contra lo que lucharon nuestros padres, abuelos y tantas generaciones.
Se equivocó intoxicando la vida pública, haciendo creer que todo el gobierno andaluz era igual que los indeseables corruptos, a sabiendas que aquellos se personaron para denunciar presuntas irregularidades. Iba de -sobrao-, sin debate público y se equivocó, dando por hecho las encuestas, olvidando que la Andalucía de hoy es la más formada de la historia.
Así es, se equivocó la gaviota, se equivocaba pensando que puede exterminar del panorama político a la izquierda -quien tendrá que hacer un gran análisis de la decisión ciudadana- se equivocaba; pero a lo sumo eliminarán nombres de célebres españoles, como el de Alberti en teatros como el de Huércal Overa, por mera ideología.
Se equivocó la gaviota, se equivocaba. Por ir al norte fue al sur, y aquí le hemos dicho basta.