Son cualidades necesarias para gobernar. Fue lo que pidió Salomón a Dios en un acto solemne. El Señor atendió su petición y Salomón pasó a la posteridad como ejemplo de hombre sabio.

Ahora me pregunto qué es la sabiduría. Cada uno puede dar la definición que le parezca oportuna. A veces será conceptual, resumiendo en pocas palabras en qué consiste.

Prefiero dar una definición descriptiva. A lo largo de la vida recibimos una serie de conocimientos, que van desde lo más sencillo a lo más complicado. Lo primero que hiciste fue aprender a leer y a escribir. De esta manera pudiste aprovechar una de las fuentes de la sabiduría, mediante la lectura de libros, periódicos y revistas.

Encontraste otra fuente oyendo a personas que sabían más que tú en muchos aspectos. Tuviste suerte si en este camino tropezaste con personas sabias, que están deseando trasmitir lo que ellas poseían.

La naturaleza que te rodeaba podía enseñarte sin hablar. Cuando veías cómo los campos cambiaban a lo largo del año, mostrando diversas panorámicas. Veías las nubes en el cielo dándonos la lluvia tan necesaria, la nieve y el granizo. Oías el viento soplar limpiando la atmósfera, y provocando en el mar momentos de tempestad y de calma.

Mientras tanto ibas creciendo y asimilabas lo que sucedía a tu alrededor. Lo último que has encontrado ha sido la radio y televisión. Sin moverte de casa han traído el mundo a tus pies, para que te recrees en la contemplación de tantos tesoros, frutos de la naturaleza y de la sabiduría de los hombres.

Hay un momento de tu vida que haces alto en el camino y te pones a hacer balance. Te das cuenta de que si has estado atento y has querido aprender, son muchos los conocimientos que has adquirido y posiblemente algunas habilidades.

Luego tienes ocasión de pasar a otros lo que tú has recibido. Entonces descubres que cuando quieres explicar con sencillez lo que ya sabes, es la mejor forma de aprenderlo.

Nuestra capacidad de aprendizaje es infinita. Sólo hay que aprovechar todas las fuentes de sabiduría que están a nuestro alcance. Considerarnos alumnos con deseos de aprender y no creernos superiores a nadie.

He dejado para el final una fuente de aprendizaje que es la mejor de todas. Se llama Espíritu Santo. En él se reúnen todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Está deseando comunicarlos y lo que tenemos que hacer es ponernos en disposición adecuada para que nos los dé.

Son frecuentes las veces en las que te ves sorprendido, por haber actuado con una sabiduría y destreza que nunca habías sospechado. Es cuestión de dejarse llevar y estar convencido de que el Espíritu Santo quiere actuar por medio de nosotros.

¿Y qué hace la inteligencia? Va seleccionando lo que la sabiduría ha almacenado. Sabe que no todo es bueno y tiene que distinguir para desecharlo o aprovecharlo. Ateniéndose a la verdad y buscando siempre el bien.

La inteligencia a veces se equivoca, propio de personas. Entonces lo reconoce, pide perdón y emprende la ruta. La inteligencia es un don que Dios concede, y que la mayoría de las veces se trasmite de padres a hijos.