Las medusas
Las medusas
Cuando era más joven, más feliz y más indocumentado, se llevaba mucho en los manuales de redacción el concepto "serpiente de verano" como identificador de esas noticias de temporada que tenían vocación de argamasa o relleno informativo. Por entonces las olivettis tableteaban su metálico canto de cisne en las redacciones y los prácticos (ahora los llaman "becarios") nos curtíamos comiéndonos mojones informativos de variado calibre.
En esa época los argumentos veraniegos orbitaban alrededor del presunto origen mojaquero de Walt Disney, las playas de Vera a calzón quitado, las posibilidades agrícolas de la pita, la contaminación costera de una fábrica de medicamentos y los preparativos de las casetas de Feria, que por esos años tenían la misma infraestructura que un corral de cabras. A los nuevos nos embarcaban en todas esas cuestiones mientras los redactores estaban de vacaciones y, por sorprendente que parezca, conseguíamos hacer periódicos sin teléfonos móviles o buscadores de internet. Pero aunque el tiempo pasa, algunas cuestiones siguen inamovibles. Una de ellas es soltar a los reporteros en prácticas en pos de las mismas noticias cada verano. Así que un verano más ya estamos liados con el interés de la prensa por el conteo y localización de las medusas. Y qué quieren que les diga: miren con respeto y afecto las noticias sobre la actualidad medusera almeriense, porque son informaciones de servicio hechas con nervio, pulso y algo de vértigo. Por mi parte, siento una gelatinosa sensación de círculo vicioso de la que sólo me repondré en breve con unos días de vacaciones. Ahora es lo que toca.