Camille Claudel
Camille Claudel
Cuando oigo hablar a los medios de maltrato a la mujer, siempre viene a mi mente la figura de Camille Claudel, escultora de gran talento -hermana del poeta y diplomático Paul Claudel- que la Historia cita asociada a Rodin. Perteneciente a una familia francesa conservadora, Camille nació en 1864, demostrando desde niña una pasión y facilidad deslumbrante para modelar el barro, tarea que su padre siempre apoyó, pese a las reticencias de la madre, que aborrecía la idea de una hija artista. Mártir de los convencionalismos morales de una época dominada por los hombres –y más aún en lo artístico- la historia de Camille es de un desgarro y tristeza estremecedores. En 1883 llega a París para perfeccionar su arte e ingresa en la academia Colarussi. Ese mismo año conoce a Rodin, atrevido escultor que, tras algún fracaso sonado, está abriéndose camino en los círculos oficiales. Camille entra como ayudante suya al año siguiente; le sirve de modelo también. En ese tiempo modelan juntos Las puertas del Infierno y Los burgueses de Calais. Se convierten en amantes y se exhiben con frecuencia en los ambientes de moda; su relación es conflictiva, con frecuentes crisis y rupturas, por la rivalidad de dos temperamentos artísticos que pretenden la supremacía de uno sobre el otro. También por la negativa de Rodin a dejar a Rose Beuret, su pareja de siempre; incluso tras el embarazo de Camille, que resulta fallido. La escultora acaba por abandonarlo; realiza entonces su más importante obra, La Edad Madura, donde una envejecida y siniestra Rose arrebata a Rodin de los brazos de una Camille implorante y desesperada. Desde 1905, se encierra sola y destruye casi todas sus obras, presa de la indignación; Rodin es ya un autor consagrado en la escena oficial y el Estado francés piensa dedicarle un museo. Su familia se avergüenza de ella y, aduciendo desequilibrio, pretenden ingresarla en un sanatorio. El padre, que se opone frontalmente, muere el 3 de Marzo de 1913. Una semana después, el 10 de Octubre, la madre ingresa a Camille en el sanatorio de Ville-Errad y en julio la pasan al manicomio de Montdevergues, de donde nunca más saldrá; morirá allí treinta años después, el 19 de octubre de 1943. En todo este tiempo de prisión, pese a que se certifica su “curación”, la familia prohíbe que reciba visitas y nunca va a verla. Ella manda cartas desesperadas a su hermano Paul pidiéndole que la saque de allí; nunca obtiene respuesta. Tras su muerte es enterrada en el cementerio del manicomio. Años después del fallecimiento en 1955 de su hermano Paul, último miembro de la familia, los descendientes piden al centro el traslado de los restos de la escultora para darles mejor sepultura. El manicomio manifiesta que la fosa no existe ya, pues hubo que hacer obras de ampliación del edificio sobre el solar del cementerio.