Las setas, los Rolex, y la Junta
`Si está pensando en salir al bosque con una cestita a coger setas, tenga la precaución de pedir permiso`
Si este otoño está usted pensando en coger una cestita y salir al bosque a coger setas, o quién sabe si también relojes de alta gama, tenga la precaución de pedir antes el permiso correspondiente a la Junta de Andalucía, porque un año más la Delegación de Medio Ambiente ha publicado una resolución para regular la recogida de pequeñas cantidades de setas en los terrenos forestales de nuestra provincia. Así que pocas bromas. Si ven por el bosque a una niña con una cesta, no se les ocurra avisarle de la existencia de lobos, sino que vayan a por ella rápidamente a preguntarle si está recogiendo setas y si tiene los papeles en regla. Pero ya saben que la Junta no regula estas cosas por fastidiar o para demostrar hasta dónde alcanza la ramificación coercitiva de su mandato. No señor. Ellas y ellos lo hacen por lograr una Andalucía imparable y de lujo. Así que las gracias sean dadas por ello, como también agradecemos el celo vigilante de nuestro gobierno autónomo en la protección de especies florales infusionables, o en la necesidad de sacarse (y pagar) el carnet de sulfatador de parras o por haber hecho del pastoreo una enseñanza reglada. Lo digo por no salirme del sendero bucólico por el que habíamos empezado a recorrer hoy la columna. Todo esto demuestra que estamos ante una administración que no demuestra mucho celo en regular la vida de los andaluces hasta en sus ámbitos más recreativos. Comprenderán que así haya triunfado en los tribunales la teoría de que lo de los ERES era una cuestión ajena al conocimiento de los máximos dirigentes de la Junta, que jamás tuvieron –los pobres- sospecha, duda y mucho menos conocimiento de lo que se hacía allí durante años con los millones desaparecidos. Evidentemente eso era cosa de cuatro golfos. Los mismos que pueden arruinar el futuro de nuestros bosques con esa manía de cenar revueltos de setas. Qué peligro.