Como colegiales
Escribió el albojense Juan Berbel: “Vocación tempranera y siempre bien sentida, / esta de ser Maestro por amor entregado, / éste ir alumbrando caminos por la vida, / ilusionadamente, de niños rodeado.” Se inicia el curso escolar, y me vienen a la memoria todos aquellos docentes a los que admiraba y admiro, auténticos referentes y modelos a los que imitar y que me ayudaron a crecer como persona. También hoy el alumnado sigue yendo a clase esperando respuestas, ser escuchado y comprendido, a la vez que trata de aprender de quienes son hoy sus referentes.
Lástima que no ocurra igual con los actores del otro curso que comienza, el político, porque es para echarse a llorar, como tantos niños el lunes al comenzar el cole; faltan referentes con bien sentida vocación pública, altura de miras y generosidad, cultura y preparación. La política actual se asemeja a un colegio donde los nuevos han maleado el ya enrarecido patio. Muchos de estos “niños” han comenzado el curso con los mismos vicios que terminaron el anterior, con soberbia, engañando al profesor, insultando a compañeros, sacando rédito del dolor ajeno,…, y lo peor, sin dar el menor atisbo de esperanza de que se esfuerzan por mejorar. Un máximo exponente lo tenemos en Cataluña; unos actúan sin hacer caso ni a la dirección del colegio, y otros como estudiantes que no quieren ver su mala trayectoria, pero a final de curso el problema será mayor. Y es que, los problemas políticos se resuelven con más POLÍTICA, lo demás son analgésicos que no curan.
Se divisa un atisbo de esperanza al saber que casi 12.000 docentes de Almería se formaron el curso pasado para tratar de mejorar la calidad, porque todo docente que se implica tiene en sus manos un gran poder, convertir ese patio alborotado en un espacio de respeto mutuo, donde confrontar ideas, debatir, discrepar o llegar a acuerdos, pero marcando como meta lo más importante, ayudar a la gente a ser más feliz.