El mito de Sísifo
El mito de Sísifo
Ahora que ha vuelto a hablarse de la tragedia griega, me viene a la mente con intermitencia el mito de Sísifo. Este individuo animoso y urgente fue condenado por Zeus a transportar una gran piedra a la cima de una colina, cosa que no conseguía porque a punto de consumar su hazaña, la piedra rodaba ladera abajo. Y vuelta a empezar. En el debate de la noche del lunes, Sísifo era obviamente Rubalcaba, o si quieren, la izquierda en general. Rajoy más cerca del gran capital, siguiendo los postulados de la CEOE y con toda la derecha mediática a sus pies como perro faldero, combatía las tarascadas del candidato socialista con un solo argumento: los cinco millones de parados. Y cuando su contrincante le exígía medidas concretas para salir de la crisis, Rajoy no contestaba. Este se limitaba a echar más leña al fuego recordando lo que había hecho el gobierno de Zapatero. Rubalcaba insistía: ¿Qué hará con las pensiones? (La prensa ha destacado que aquí Rubalcaba trataba a Rajoy como si ya fuera presidente in péctore). A punto ya de impacientarse, el candidato del PP volvía a machacar que la congelación de pensiones y bajada de sueldos era cosa del PSOE. Yo no soy como usted, repetía Rajoy. Y en efecto el gallego no era como el de Cantabria. Sin embargo el candidato conservador no cayó en la cuenta de que Zapatero hizo lo que habría hecho él aconsejado por Merkel y Sarkozy en una Europa gobernada por la derecha. Así que a Rubalcaba, queriendo huir del balance del gobierno, silenciando a Zapatero, se le puso cara de Sísifo condenado de nuevo a subir la piedra hasta Dios sabe cuándo. En la sede socialista los compañeros gritaban: presidente, presidente. Pero ya el ABC, La Vanguardia, La Razón y el Mundo habían dado su veredicto inexorable: "Triunfador por puntos Mariano Rajoy".