Save the soplamocos
Save the soplamocos
Como en el mundo políticamente correcto en que se han empeñado hacernos vivir no hay día sin afán ni ocurrencia en el calendario, resulta que el próximo día 20 de noviembre, fecha de las elecciones generales, es el Día Internacional del Niño. Pues bien, aprovechando la ocasión, la ONG ‘Save the Children’ ha propuesto al próximo Gobierno que prohíba el castigo físico en el Código Penal para promover una ‘parentalidad positiva’. Lo que no dicen los miembros de este colectivo es el modo en que se deberían habilitar los sistemas de control que eviten las collejas en el ámbito doméstico. Dado el carácter inabarcable de la estupidez humana, no descarto que si la medida prolifera (cosas más idiotas se han visto) acabemos viendo dentro de unos meses los programas-testimonio de la tarde llenos de adolescentes relatando que han denunciado a su madre por darle con una zapatilla en el culo.
Pero entre prescribir el soplamocos y proscribirlo hay un razonable término medio en donde cabe el sentido común y el respeto por la intimidad familiar. Y es que resulta cada vez menos soportable ese agobiante intento de reglar, delimitar y legislar sobre aspectos que forman parte de la libertad personal y familiar. Partiendo de la base de que, salvo casos de desequilibrio mental, ningún progenitor confunde su papel con el de esos capitanes implacables que, tal como contaba Winston Churchill, comandaban los buques de guerra ingleses a base de “látigo, ron y sodomía”, conviene que no perdamos la cabeza con tonterías. Sé que sonará horroroso a los oídos más pluscuamperfectos, pero una colleja a tiempo… es una victoria.