Hola prima, ya estoy aquí. Llevo un mes sin escribirte y tengo un montón de cosas que contarte. La primera, que después de 10 días de vacaciones, vengo, aparte de morena, con una tranquilidad y serenidad increíbles, que me van a hacer falta para afrontar los retos que me esperan. Hay que ayudar como se pueda y en el lugar que la vida te depare a que esto cambie, porque tenemos ya unas elecciones generales y a la vuelta de la esquina las autonómicas y un cambio se necesita, sí o sí. Han ocurrido muchas cosas en agosto, como la llegada del Papa en las JMJ, que fue todo un éxito, a pesar de esa minoría intransigente y violenta que le gusta amedrentar y agredir a quienes no piensa como ellos.

También las novedades que nos aportan los nuevos alcaldes y presidentes de las CCAA y las dificultades que tienen a la hora de pagar las facturas que han dejado los que se han ido, donde la tónica general es un despilfarro y un descontrol en el gasto público que asusta. Pero lo más preocupante es que en plena campaña de verano, el desempleo no bajara pese al tirón del turismo, todo lo contrario, va creciendo y ha estado España ante el riesgo de ser intervenida.

A la ministra de Economía solo se le ha ocurrido pedir la intervención del BCE y exigirle a las empresas que adelanten el Impuesto de Sociedades para cuadrar las cuentas y el que venga que arree. Imagina cómo van a dejar los socialistas las arcas. Como no arrimemos el hombro y nos empecemos a apretar el cinturón más seriamente, no salimos de ésta hasta la próxima década. Pero ya ves, los sindicatos que estaban dormidos empiezan a desperezarse y preparan manifestaciones. Están ensayando ante un más que probable Gobierno del PP. Si no, al tiempo. Te seguiré poniendo al día, porque hay mucha tela que cortar. Buena semana.

P.D.- Mi padre me enseñó que nunca me sentara donde pudieran levantarme, ni ir a ningún sitio donde no soy bienvenida. Cada uno en su casa y dios en la de todos. He dicho.