Lo reconozco, es hora de hacerlo. Me declaro fan de las personas elevadas al cubo. Muy fan, muy muy fan de las personas que te elevan. De las que dicen lo que piensan y piensan lo que dicen. De las que pueden cambiar de opinión con un buen argumento. De las personas que viven y respiran sin juzgar, sin imponerse, sin toxicidad, sin tener razón porque sí. Muy fan de las que creen que las palabras tienen un matiz en su significado diferente para cada ser humano, para cada situación, para cada experiencia. De las que elevan tus sentidos hasta el séptimo cielo, te sorprenden a la vista, te acarician el olfato, se dejan saborear sin aditivos, te tientan el tacto y convierten tu oído en un adicto a sus palabras. 
Muy fan de las que no le buscan el gato a los tres pies, de las que encuentran porque se dejan el alma buscando, de las que valoran decisiones en balanzas no trucadas, de las que ven bienes donde observan males. Muy fan de las personas que creen en los milagros, fan de los abuelos que consienten a sus nietos y de los padres que escriben a los Reyes Magos. Fan del camión del tapicero y de los optimistas mal informados. 
Muy fan de las personas que llegan al fondo y no nadan en la superficie por pánico a ahogarse en sus miedos. De las que mantienen conversaciones con su corazón porque son capaces de oírlo y además escucharlo. De las que no llevan máscaras porque no tienen nada que esconder. De las que no creen en los imposibles y fabrican los posibles. Muy fan de las que practican el ‘me gusta’, el ‘retweet’ y el ‘compartir’ sin entenderlo como una venta ilícita de la dignidad. De las personas que te hacen pensar, crecer, cambiar, evolucionar, sonreír, sorprenderte y vaciarte por completo para quedarte con todo lo suyo. Fan de las personas que regalan vidas extras y nunca han jugado.
Muy fan de las que quieren a los animales y aman a los humanos, de las que tienen valores y no son de Bolsa ni Mercados, de las que te invitan sin esperar nada a cambio, de las que creen en los principios y pelean por finales con perdices. Fan de las personas que respetan lo que almuerza el otro, de las que se comen sus enfados, de las que observan y actúan fuera del escenario, de las que no necesitan acreditaciones, de las que practican la empatía e idolatran los silencios, de las que se despiertan en negrita y cursiva, de las que no necesitan impresionar a nadie porque no son impresoras. De las que se ríen de todo y de nadie.
Muy muy fan de las personas asertivas porque de ellas será el reino de los buenos. Fan del sol y de los días grises con paraguas y personas de colores. Lo reconozco, muy fan de las personas elevadas al cubo.