Analfabetos
Analfabetos
Si España hubiera estado gobernada en los últimos años por personas razonables no viviríamos la actual situación de zozobra, incertidumbre y desempleo galopante. Parece una obviedad decirlo, pero conviene recordar que nada sucede repentinamente y que buena parte de la angustia que produce vernos sin recursos, endeudados hasta varias generaciones y sin demasiados asideros a los que recurrir, proviene de la irresponsable gestión del señor Rodríguez Zapatero, del que ya nadie parece acordarse. Sin embargo a veces aparecen noticias que, a pesar de su aparente nimiedad, esconden la esencia de ese estilo de gobierno frívolo y manirroto que ha caracterizado al zapaterismo y que constituye la base de buena parte de los problemas actuales. Por ejemplo, acaba de publicarse que la que fuera ministra de Vivienda y ahora diputada rasa, María Antonia Trujillo, es víctima de mofas y befas por haber publicado en las redes sociales comentarios trufados de faltas de ortografía. Lo de menos es que esta señora evidencie su analfabetismo funcional; lo malo es que hemos tenido a un presidente de Gobierno que, llevado de sus complejos, sus manías y de su percepción políticamente correcta de la irrealidad, ha entregado el control del gasto público a personas manifiestamente incapaces como ella que, en enloquecida convergencia de dispendios, han acabado arruinándonos con sus derroches y carísimas extravagancias. Baste recordar que esta ministra inútil, al frente de su inútil ministerio, pasará a la historia por haber pretendido resolver el problema de la vivienda con “soluciones habitacionales” y las inolvidables zapatillas “Kelly Finder” para que los jóvenes salieran a buscar casa. Esas imbecilidades son las que, en su conjunto y sumadas a las bibianas y pajines de turno, han acabado vaciando la caja y sumiéndonos en el desconcierto ante el futuro. Pero la culpa no es de esta pobre señora, que ni escribir sabe. El culpable quiere irse de rositas a León. Pues a los leones debería irse.