En la mañana del 22 de marzo, D. José María Pastor Montoya “se ha echado a la mar”, por última vez y para siempre.

Él, que era la fortaleza hecha persona, se ha despedido rodeado de los suyos, en medio de un fortísimo temporal de Poniente, que, según dice mi padre, prefería a la calma.

Los Hermanos Pastor son una familia de armadores del Puerto de Almería que desde los años 50 construían sus barcos, faenaban en ellos y comercializaban después.

Una de las naves, el “Natividad Montoya”, conocido en el Puerto como “Barón Rojo” por imponente y flamante, se armó en Lekeitio. Con pérdidas como esta, recordamos los pedacitos de “intrahistoria” que el trabajo incansable de familias como la mía, han acabado forjando en la Historia industrial de nuestra ciudad portuaria, a base de golpes de mar, pieles curtidas, “hechuras” de acero, y una valentía temeraria.

¿Quién se enfrenta a la mar? Se va un marino de raza, hecho de otra pasta, uno de esos hombres de otro tiempo. De los que pertenecen a esas generaciones que no temían al trabajo duro y supieron convertir la escasez de la posguerra en prosperidad, progreso y abundancia. El recuerdo que tengo intacto de ti, es cuando llegaba de chica y la abuela me daba un “babybel” mientras tú de fondo ibas vociferando conforme entraba: “¡qué poderío!”. Y es que fui tu primera nieta... ¡No era para menos!

Cada vez que arrecie el Poniente, yo te volveré a escuchar. Tu ejemplo de vida sirve de inspiración para quienes te suceden, y toda tu familia te quiere y te admira. Hasta siempre José María Pastor Montoya. Busca un buen puerto.