La Voz de Almeria

Obituarios

Francisco Sánchez Blanco

Hasta siempre Jefe

Ruth Coughlin

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"Nadie puede explicarnos el dolor, su ilimitado alcance ni sus profundidades enigmáticas. Nadie nos puede descubrir el vacío que deja en el mismo centro de nuestro ser, un vacío que nada lo llena" Sobreponiéndonos al dolor de la separación material, sus familiares y sus incontables amigos, hemos visto en esta fecha no únicamente el día infausto y luctuoso, sino el momento en el que un gran hombre pasaba a formar parte de la historia personal y profesional de todos los que tuvimos el honor de conocerlo. Nació el 2 de febrero de 1930 en Almería, época convulsa y llena de dificultades de todo tipo que le sirvieron para forjar la esencia de un rebelde, de un trabajador incansable con espíritu emprendedor y luchador, valores que le acompañarían toda su vida. Sus comienzos profesionales los tenemos que situar en la “Renfe”, donde con tan solo 17 años comenzó ya su lucha por aprender, por formarse y enfrentarse al mundo. Quién le iba a decir que pocos años más tarde, se subiría a un tren distinto, en el que iría por primera vez como maquinista, dirigiendo un proyecto nuevo al que se lanzó con entusiasmo de la mano del Señor Mata, responsable de la Central de Finisterre, compañía aseguradora. Sería en el año 1953 cuando el Señor Francisco Sánchez Blanco hiciera su incursión en el mundo asegurador. Con paso firme y decidido asumió aquella nueva empresa. Un negocio familiar que le permitió hacerse un hueco en un sector complejo y desconocido para él hasta el momento que le hizo cosechar grandes éxitos y obtener no pocas satisfacciones personales y profesionales. Fue socio accionista de “Funalsa” desde noviembre de 1979. De aquella pequeña oficina situada en la calle Torres nº 5 de Almería pasó, años más tarde, concretamente en el año 1987, a establecerse en la Calle Murcia nº 25, lugar que convirtió en su casa y en la de todos los que aún hoy seguimos trabajando. Aquella pequeña cartera de clientes se fue convirtiendo en una cada vez más creciente familia de asegurados que, a día de hoy, siguen recordando su figura. Posteriormente, esa empresa pasó a llamarse “Segusan Agencia de Seguros S.l.”, en el año 1991. La estela de éxitos seguiría iluminando su carrera profesional, dando una proyección y unos aires nuevos que marcarían la diferencia respecto a sus competidores. Años más tarde, en el 2001, “Mapfre” aparece en escena y adquirimos, si cabe, un mayor posicionamiento y relevancia en el mercado asegurador de la provincia. Tuvo que sortear muchos obstáculos, pero nunca flaqueó, por fuertes que soplaran los vientos. La palabra CRISIS no le asustó, siguió creyendo en sus empleados, en su intuición, en sus clientes.... Queda su obra y su ejemplo de tesón y esfuerzo. Para todos nosotros queda vigente la lección que nos dieron la solidez de su trabajo, el rigor que le obligaba a llegar al fondo de los problemas y solucionarlos de la mejor manera para sus clientes. Hay personas que al dejar este mundo nos dejan valiosas enseñanzas. Son personas que comparten lo que tienen, que no anteponen sus intereses personales a los de los demás, que aman a su familia por encima de todo, que sienten un profundo respeto por su profesión, que nos hablan con verdad, que actúan con transparencia, sin dobleces, a cara descubierta, por eso, hoy te queremos recordar y que estas palabras sirvan para el reconocimiento público que tanto mereces. Con su manera de actuar día tras día, él nos enseñó que en esta vida todo es posible. Siempre le llevaremos en la memoria. Que su muerte sea una lección para todos los que tuvimos la fortuna de conocerle, para todos los que tenemos la fortuna de seguir vivos.

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