Alfredo Di Stéfano nació el 4 de julio de 1926 en Argentina. Desde niño jugaba al fútbol, ‘aunque fuera con una lata de sardinas’, dijo en alguna ocasión. Lo trajo a España el R. Madrid en 1953, equipo con el que ganó las cinco primeras Copas de Europa consecutivas y ocho Ligas. Abandonó el club en 1964 y fichó por el Español, donde estuvo dos temporadas. Se retiró del fútbol en 1966 y pasó al banquillo. En España, entrenó al Elche, Valencia, R. Madrid y Rayo. jubilado de este otro menester, en el año 2000 fue nombrado Presidente de Honor del R. Madrid. Murió el pasado 7 de julio. Nada nuevo les he dicho de D. Alfredo que no hayan leído u oído estos días. Pero LA VOZ tiene que añadir una pincelada almeriense del más grande. Sucedió el 4 de mayo de 1980. Se disputaba la 31ª jornada de Liga y la A.D. Almería recibía al Valencia que entrenaba ‘La Saeta Rubia’. Los rojibancos se jugaban la permanencia y los ches, jugar la Copa de la UEFA. Ganó el Almería 1-0, asegurándose casi seguir en 1ª un año más. El Valencia no entró en Europa por esta puerta, pero sí por ganar la Recopa aquella misma semana al Arsenal. Todos contentos. ¿Todos? No. Di’ Stéfano parecía no estarlo en la rueda de prensa posterior al partido. Con su habitual carácter cascarrabias del que siempre hacía gala, habló a los periodistas de bastante mala gana. Se ve que pensaba más en la final de la Recopa que en el partido del Franco Navarro. Vean un par de ‘perlas’ del míster valenciano. A la pregunta: “¿Considera justo el resultado?” Respondió: “El resultado es el que es y ya no se puede mover”. Muy agudo. Y cuando se le preguntó sobre la afición almeriense, dijo: “Apoyando a su equipo, como es normal; no nos va a animar a nosotros”. Genio y figura hasta la sepultura, en la que ya descansa el considerado ‘el primer galáctico del R. Madrid’.