Es difícil describir en unas líneas lo buena persona y gran amigo que eres. Eres, porque estás presente entre nosotros. Todo ha sido tan inesperado que no me ha dado tiempo a despedirme de ti, así que he pensado escribir esta carta para que desde donde estés, la puedas ver, ya que no te lo puedo decir cara a cara como me gustaría. Has sido buen amigo y compañero; recuerdo cuando te reunías con tus compañeros de trabajo cada viernes y siempre venías a mi casa feliz de darme provecho. Todavía no creo que te hayas ido. Siempre brillará una estrella con tu nombre en el cielo. No puedo imaginar que no te voy a ver más, es increíble tantos recuerdos juntos, tanto para mí como para mi familia, siempre serás el primo pepe. Solo me queda decirte que siempre estarás en mi corazón, por eso no te digo adiós, te digo hasta siempre “primo”.