El Levante almeriense vuelve a convertirse, un diciembre más, en uno de los destinos más brillantes —en sentido literal y figurado— de la provincia. Con la llegada de la Navidad, Mojácar se transforma en un escenario luminoso que atrae a miles de visitantes dispuestos a dejarse envolver por la atmósfera festiva que recorre sus calles, plazas y rincones más emblemáticos.

El pueblo de Mojácar siempre ha figurado entre los destinos turísticos más demandados de la provincia y del sureste español. Sin embargo, desde hace unos años este destino se ha consolidado en unas fechas en las que no era tan habitual como son las navideñas y las semanas previas a esta importante festividad. Que Mojácar ganase años atrás en concurso de Ferrero Rocher para iluminar de una forma espectacular este bonito pueblo fue un punto de inflexión.

La victoria mojaquera marcó un antes y un después en la proyección del municipio y en la forma en la que hoy vive la Navidad. Mojácar descubrió que tenía en la iluminación navideña un extraordinario potencial turístico. 

Así de espectacular luce Mojácar en Navidad

El acto oficial del encendido navideño, que cada año reúne a vecinos y curiosos en la plaza Nueva y alrededores, se ha consolidado como una cita imprescindible en la provincia. A la caída del sol, Mojácar se enciende de golpe: guirnaldas, arcos de luz, figuras tridimensionales y la ya característica decoración que serpentea por el casco antiguo, resaltando su arquitectura blanca y su trazado morisco.

En los últimos años, la localidad almeriense ha apostado por ampliar y embellecer el alumbrado de Ferrero Rocher, incorporando diseños más sofisticados y zonas temáticas que buscan atraer tanto al público local como al turista invernal, un perfil cada vez más habitual en la comarca.

Un reclamo turístico en pleno invierno

La estrategia municipal pretende convertir la Navidad en una segunda “temporada alta”. Y a juzgar por la afluencia de público, lo está consiguiendo. La oferta se completa con mercadillos artesanales, actividades infantiles, música en directo y visitas guiadas especiales que narran la historia del pueblo entre luces y sombras, literal y metafóricamente.

Comercios, hoteles y restaurantes se suman también a la iniciativa, creando un efecto visual continuo que invita a pasear al atardecer y a prolongar la actividad económica más allá de la temporada estival.