El ceramista Alfredo Ruiz de Luna, autor de cientos de placas de cerámica instaladas en las calles del Madrid histórico y nieto del afamado ceramista Juan Ruiz de Luna, falleció el pasado martes14 de mayo por la noche en Madrid. Alfredo Ruiz de Luna formaba parte de la conocida saga de ceramistas surgida a raíz de Juan Ruiz de Luna, el hombre que hizo resurgir la cerámica tradicional de Talavera de la Reina en las primeras décadas del siglo XX. Nació en 1949 en el alfar ‘Nuestra Señora del Prado’, de Talavera de la Reina (Toledo), fábrica de cerámica artística que fundara su abuelo Juan Ruiz de Rojas en 1908. Siguiendo la tradición familiar, muy pronto es iniciado en los senderos del arte por sus tíos Juan y Rafael, hermanos de su padre, Antonio Ruiz de Luna Arroyo. Así, en 1957 recibe de sus conocimientos y arte las primeras clases prácticas de dibujo y colorido, trabajando del natural en los ámbitos del mencionado alfar. Un año después empieza a realizar sus primeras obras en cerámica guiado siempre por las manos de estos dos grandes artistas. En 1961, tras el aciago cierre de la fábrica familiar, abandona Talavera y se establece en Madrid, donde ultima los años del bachillerato y los estudios universitarios, estudios que compagina con prácticas estivales en los mejores talleres de cerámica talaveranos y con clases de dibujo en el Círculo de Bellas Artes de la madrileña calle de Alcalá. Terminada su carrera universitaria en 1971, abandona temporalmente todas las actividades artísticas hasta 1980, año en el que se produce el renacimiento de su pasión por la cerámica. Funda su primer estudio de cerámicas y comienza su tortuosa andadura en Madrid. Sin embargo, la que habría de ser su obra magna no se produjo hasta el año 1991, fecha en la que es requerido por el Ayuntamiento de Madrid, que le encarga la rotulación artística de todo el Casco Histórico de esta ciudad, labor que lentamente ha ido completando en el transcurrir de todos estos años.