Cómo resolver un cubo de Rubik en menos de diez segundos

Rafael y Blanca acuden a competiciones por toda España registrando tiempos espectaculares

Tito Sánchez Núñez
17:36 • 22 ene. 2023 / actualizado a las 17:41 • 22 ene. 2023

Cuando un usuario normal coge el cubo básico de Rubik, el de 3x3, puede llegar a tardar horas en resolverlo, si es que no desiste en el intento. Luego están aquellos con un ‘coco’ privilegiado, como Rafael Rodríguez, 25 años, y Blanca Hidalgo, 12 años, que son capaces de resolverlo en torno a 10 segundos y dejan a uno boquiabierto. Es el resultado de estudiar una serie completa de movimientos, secuencias, o algoritmos, como les llaman. Pero también de tener mucha agilidad y precisión al ejecutarlos y controlar los posibles nervios que puedan surgir.



Ese cubo clásico de 3x3 lo resuelve Blanca, que apenas lleva menos de un año practicando, con un mejor tiempo de 14 segundos. Rafael, con casi quince años ya de experiencia, lo hace en unos 9 segundos en épocas en las que no practica mucho y baja a 8 cuando entrena, e incluso tiene un ‘single’ (récord) oficial de 6.67 segundos y todavía uno más bajo de 5.15 en casa, y, por lo tanto, no oficial. Una auténtica locura. 



En esos escasos segundos les da tiempo a pensar en muchas cosas. “Cuando empiezas a resolver tienes tres opciones: sabes que vas normal; sabes que vas mal porque te has trabado y no has visto o tardas en reconocer ciertas piezas, o puedes saber que vas muy bien y te puede dar el tembleque de que vas a hacer un tiempo muy bueno. Todo eso te da tiempo a pensar en un cubo”, comentan. Ha podido pasar que alguna vez se hayan ‘atascado’ al resolver: a Blanca le pasó con su equipo de baloncesto, en el que se fue a los tres minutos. A Rafael, en cambio, un mal día se puede traducir en que tarde apenas cuatro o cinco segundos más de su tiempo medio.



Y es que Rafael ha resuelto cubos “unas cien mil veces y puede que me quede corto”. Empezó tardando tres minutos, luego bajó a uno y más tarde a 20 segundos. Durante cinco años estuvo entre los 11 y los 13 segundos y ha continuado bajando poco a poco. Ahora, sobre los 9, sabe que ya va a ser difícil poder bajar mucho más, y se asombra con el potencial de Blanca, que en menos de un año de práctica ya ronda los 15 segundos.



Ambos comenzaron con tutoriales de YouTube. Rafael aprendió con 10 años después de ir a un cumpleaños de un amigo en una bocatería del Centro Comercial Copo de El Ejido. “Daban regalos de una pelota o un llavero de cubo, yo quería la pelota pero ya no quedaban y me tocó el cubo, que costaba girarlo. Le di cinco giros, no resolvía y lo metí en la mochila. En casa, mi hermana mayor me puso un tutorial y aprendí con ese mismo cubo”, cuenta.



El caso de Blanca fue en su comunidad de vecinos. “Un niño de allí lo hacía muy rápido y me enseñó los cuatro movimientos básicos. Busqué un tutorial con mi hermana y me fascinó. Un día quise ver una competición y vi que había una en La Aldeílla (Santa María del Águila) que organizaba Rafa y me apunté al campeonato”.



Unos campeonatos que se celebran por toda España y mueven a decenas de personas, como Rafael y Blanca, aficionados a resolver este complejo cubo. En Almería, además del de Santa María del Águila, el 11 y 12 de febrero, hay otro en Retamar-El Toyo, el 15 y 16 de abril. Ambos cuentan ya con un elevado índice de inscritos de varias comunidades autónomas.



A la primera competición que acudió Rafael fue a Murcia, con 14 años y acompañado de un amigo ejidense. Blanca fue la ya citada en La Aldeílla, después de encontrar un vídeo e interesarse por esta competición: “había 50 plazas para participar y cuando lo vi y me inscribí era ya la 48, casi no llego”, recuerda. Almería es, de hecho, y tras Madrid, que tiene 3, la provincia española que más campeonatos acoge a lo largo del año, dentro de los 11 que cumplen con los requisitos para ser competición oficial de la Asociación Española de Speedcubing, en la que se da la circunstancia de que Rafael es miembro de la Junta Directiva.


Cuántos tipos de cubos de Rubik existen


En estos campeonatos no hay únicamente los cubos tradicionales de 3x3, sino que se pueden encontrar de diferentes tipologías y categorías: los hay desde 2x2 a 7x7, pirámides, relojes y otros con formas diversas que se deforman a medida que se van girando sus partes. 


Además, existen otros cubos de coleccionismo y otra variante, consistente en resolver los cubos en el menor número de movimientos posibles. “No siempre más velocidad implica menor número de movimientos y se trata de estudiar más a fondo un cubo en concreto. Un cubo siempre se puede resolver en 20 movimientos o menos, pero es muy difícil sacarlo. En el de velocidad vas más rápido, pero se hacen más movimientos”. Este formato es hoy en día el preferido de Rafael. A Blanca le gustan mucho más, en cambio, resolver los relojes, y aspira a hacer podio en El Toyo. 


Cómo resolver un cubo de Rubik

Una forma muy sencilla de comenzar a resolver cubos de Rubik es haciéndolo desde un cubo ya resuelto. “Se hacen dos movimientos, los que quieras, y si repites varias veces ese mismo movimiento se resuelve muy pronto”, explican. 


Desde un cubo no resuelto, hay varias fases para lograrlo: lo primero es conseguir una cruz blanca (o de cualquier otro color) en una de las caras. A partir de ahí, hay que poner las esquinas hasta que haya una cara totalmente resuelta. El segundo paso es hacer una segunda línea. Estos primeros pasos son más intuitivos y a partir de ahí es cuando comienzan los algoritmos aprendidos, ya que es en la última capa donde se pueden presentar varios casos según si se parte de un punto o una forma de L. Ahí, hay que conseguir otra cruz para resolver después las aristas y por último las esquinas, buscando una esquina que esté en su sitio y completar con otra serie de algoritmos aprendidos. 


La práctica lleva a reducir el número de pasos, aprendiendo nuevos algoritmos. Así, Rafael y Blanca completan las dos primeras líneas de un golpe. La clave, “reconocer los patrones para saber ante qué caso nos encontramos, y saber cómo resolver ese caso con un algoritmo ya aprendido”. Así lo hacen ellos. Independientemente del cubo que cojan y de cuántas veces lo hagan, verlos resolver los cubos en cuestión de segundos sigue dejando a uno boquiabierto.


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