¿Qué piensan las personas LGTBI de Almería?

Seis almerienses del colectivo participan en un vídeo de la firma Sémola Pura

Marta Rodríguez
07:00 • 26 jun. 2020

Alicia tiene 26 años y es lesbiana. Marlon, de 35, es un hombre trans y bisexual. Fani ha cumplido los 30 y le gustan las chicas. Juande, de 27 años, es gay. Marta, de 34, es una mujer intersexual y pansexual. Y Jorge tiene 44 y está casado con un chico.



El colectivo LGTBI de Almería es poliédrico. Y con el Día del Orgullo a la vuelta de la esquina -se conmemora este domingo 28 de junio-, quiere celebrar su diversidad soñando con una Almería "en la que cualquier persona pueda ser la versión más verdadera de sí misma. Una Almería donde el odio no tenga lugar", afirma Ángela Espejo, de Sémola Pura. ⁣⁣⁣
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Desde la firma, creen que la visibilidad es algo fundamental. De ahí el original vídeo inspirado en el canal americano Jubilee que publicaron el pasado 17 de junio con el título  '¿Piensan igual todas las personas LGTBI de Almería?'. En el mismo plantean a seis personas del colectivo diferentes afirmaciones con el objetivo de que expresen sus experiencias y opiniones.

Los participantes son seis almerienses que representan a la comunidad LGTBI de diferentes maneras. Y sus respuestas llegan a variar bastante en algunos casos.






Mi familia y amistades siempre han apoyado mi orientación sexual e identidad de género.



Marta: "Lo mío fue un caso muy curioso, conforme fueron pasando los años me di cuenta primero de que era gay, luego trans y después me extirparon las gónadas y me dijeron que tenía un testículo y una cavidad vaginal, de modo que era intersexual. Yo he tenido mucha suerte con mi familia, al principio me llevaron al psicólogo y todo y para mis amigos del pueblo era el maricón; pero con el paso del tiempo lo fueron entiendo. Al principio fue un estigma muy grande".



Alicia: "Lo que a mí me pasó es que como mi estereotipo no es el impuesto de la sociedad como lesbiana, pues nadie se lo esperaba. A mí me gustaban las chicas desde pequeña, pero como la sociedad te mete otra cosa en la cabeza, pues estaba con chicos. Pero hace cuatro años estuve con una chica y supe que era lo que me gustaba. Mis amigos lo entendieron, a mi madre le costó más, pero después de cuatro años ya conoce a mi novia, que es una más".



Jorge: "Cuando yo salí del armario, creo que ninguno habríais nacido; fue en el 96, cuando era lo peor ser gay. Y ahí decírselo a tus padres... pero lo comprendieron, me apoyaron, me casé hace diez años y mi marido es un miembro de la familia más. He tenido mucha suerte".



Ser una persona LGTBI es más duro en una ciudad pequeña como Almería.

Marlon: "En realidad depende de donde vivas, de dónde te muevas y de la importancia que des a los comentarios de la gente. Sí que es verdad que en un sitio pequeño todo el mundo se conoce y las novedades siempre son eso, novedades, y duran lo que duran. Cuando yo me identificaba como lesbiana, hace quince años en mi pueblo, era una novedad; sí que es verdad que ahora allí estamos un montón de la comunidad LGTBI y la gente lo tiene totalmente normalizado y no tienes ningún problema".


Juande: "Sí que es verdad que en el centro de las ciudades se ve de todo, pero cuando tú te vas a los barrios, te das cuenta de que ese sentimiento que se da en Almería es una realidad. Yo he tenido las mismas confrontaciones en Almería que en Madrid, porque te cruzas con alguien y te miran y se ríen porque vas de la mano con un chico. Creo que a veces idealizamos las ciudades grandes y en el Paseo de Almería nadie te va a llamar maricón".


He sufrido intimidación, discriminación o acoso debido a mi orientación sexual o identidad de género.

Jorge: "En el colegio desde los cinco años me llamaban mariquita y maricón. Tuve que liarme a palos solo por jugar a la comba con las niñas. Siempre que se ha sabido mi orientación sexual, he tenido una situación de acoso o de 'bullying'. Recuerdo una vez, incluso en Londres, de tener un enfrentamiento muy gordo con un compañero siendo camarero: cada vez que se cruzaba conmigo soltaba Ladies, first; hasta que lo paré y le pregunté qué le pasaba. Me hacía ponerme violento por su acoso constante cuando yo solo quería que me dejara trabajar".


Marta: "Yo desde los cuatro años llevo la palabra maricón grabada a fuego, como a las vacas las marcan. Mi madre me decía que agachase la cabeza y no contestase, hasta que con 12 años me pegaron un palizón que denunciaron los médicos y se lió muy gorda: incluso echaron a la directora, porque fue en el patio del colegio. Con el paso de los años, una que de joven me había quemado con un cigarro y que luego fue alcaldesa de mi pueblo, tuvo hijos que son LGTBI; ahora lo entienden y me piden ayuda. Yo no guardo rencor, los hijos no tienen la culpa, pero sí te marca de por vida y te lo llevas a la tumba".


Fani: "En mi caso, los años más duros fueron en el instituto: dos cursos machacándome. Y luego en situaciones salteadas sí he sufrido los típicos comentarios. Hice un Erasmus en Polonia, donde por primera vez participé en el desfile del Orgullo y la gente nos insultaba desde fuera".


Alicia: "A mí hasta me han deseado la muerte por ser lesbiana. Lo peor que me ha pasado fue aquí en Almería: estaba en una calle haciéndome una foto en la que mi novia y yo nos besábamos y salió una señora y nos dijo que no podía permitir eso, que nos fuéramos a un descampado y que éramos unas marranas. Fui a denunciarla y todo, porque me hizo sentir fatal. Me han llegado a escupir y me han gritado desde coches diciendo que mi problema es que no he probado un buen pene".


La imagen que proyecta el Día del Orgullo LGTBI degrada al colectivo más que ayudarlo.

Fani: "Preferimos ser alegres, ser visibles para luchar contra esas cosas malas que nos han hecho históricamente. Por tanto, el Orgullo reivindicativo claro que me representa; el festivo, el que vemos en la tele, también, porque soy de las personas que piensa que tenemos una cultura propia: himnos, películas...".


Alicia: "Hay gente que piensa que ya tenemos todos los derechos, pero no es así. Yo he ido al Orgullo en Madrid y he visto cosas con las que no estoy de acuerdo, pero hay que seguir celebrándolo".


Juande: "¿Una persona desnuda en el Orgullo denigra al colectivo LGTBI? Pues mira, lo denigra en tanto en cuanto un pedófilo denigra al colectivo heterosexual o un racista a todos los hombres. Tú no puedes sacar comportamientos individuales para adscribirlos a un colectivo. ¿Me siento representado con la Marcha del Orgullo? La verdad es que no me gusta que marcas que no han hecho nada por nosotros se apropien de la fiesta, pero tengo que decir que he visto muy pocas faltas de respeto en los tres desfiles en los que he estado ya".


Jorge: "Yo a veces he pensado que esto tapa la reivindicación, pero recuerdo los primeros Orgullos que viví en Madrid, que se quedaban en Chueca y no se enteraba nadie. Gracias a que se ponga el foco ahí, podemos reivindicar cosas".


No estar de acuerdo con el modo de vida LGTBI no implica necesariamente LGTBIfobia.

Fani: "Para mí la primera señal de alerta de que una persona no es tolerante empieza con la frase Yo no estoy de acuerdo con la forma vivir de la gente LGBTI, os respeto pero... Vale, quizá no me vaya a dar una paliza por la calle, pero eso puede implicar que vote a un partido que no proteja mis derechos. La LGTBIfobia se manifiesta por distintas vías".


Marta: "Yo siempre he trabajado de cara al público y he pensado que no hay que meterse en temas como política o religión. Mientras me respeten, no hay problema".


Juande: "Si no estás de acuerdo con una cosa que a ti no te afecta absolutamente en nada, significa que no reconoces quién soy, ni mi forma de vida, derecho y libertad individual a hacer lo que me dé la gana sin hacer daño a nadie".


Marlon: "En mi caso, al ser una persona trans, la gente que nos llama mutilados es tránsfoba, se meten en la vida de alguien y no tienen por qué".


Los niños y las niñas son capaces de entender qué es ser LGTBI.

Fani: "Yo desde pequeña ya lo sabía, otra cosa era tener la capacidad cognitiva de entender todo lo que entrama ser un colectivo discriminado. Desde niños, sabíamos que había algo diferente en nosotros. Decir que no lo entienden es paternalista".


Marta: "Mi sobrina tiene tres años y soy la tita más normal del mundo: se maquilla y lo hace todo conmigo. Se encandalizan más los padres, hasta si le hablas de genitales y luego la niña lo reproduce con total normalidad".


Marlon: "Yo tengo una prima que tiene dos niñas y no se lo ha dicho todavía, pero ellas han visto que me ha cambiado la voz y una de ellas ya está preguntando. En realidad son los padres los que sufren más, cuando sean mayores ya qué les vas a decir. Tienen esa mente tan limpia que lo ven con toda la naturalidad".


Juande: "No les influencias en absoluto, le explicas algo que está ahí y lo más importante es que lo respetan, nunca un niño reacciona rechazando algo de este tipo, porque en su mente no existen los estigmas y estereotipos asociados al colectivo".


Jorge: "Ha habido mucha polémica con el hecho de que el colectivo vaya a los colegios a explicar qué es ser LGTBI, los niños desde pequeños deben saberlo".


Está de moda ser LGTBI.

Juande: "Puede estar de moda una característica de ti que puedas cambiar, pero no tu identidad, no es una cuestión de moda, es una cuestión de visibilidad".


Marlon: "Ahora hay un montón de adolescentes que son bisexuales; en mi época, eso era sinónimo de vicio. Ellos tienen la suerte de tener libertad sexual. No es moda, es acceso o visibilidad".


Fani: "Lo que puede ser una moda es que las marcas se han dado cuenta de que les interesamos como público y hacen series con personajes LGTBI o camisetas con la bandera".


Almería muestra sus colores

⁣⁣Sea con camisetas, bolsos, o dando voz a las personas de Almería, el objetivo de Sémola Pura sigue siendo reconocer lo que nos identifica y llevarlo con orgullo. Según explica el alma máter de la marca, Ángela Espejo, si de algo deberíamos sentirnos orgullosos los almerienses -además de nuestras palabras, acento, o tradiciones, como han mostrado en sus diseños hasta la fecha- es de la propia gente de Almería.⁣ Y la gente de Almería es muy diversa.

"Quisimos combinar el impacto de este vídeo con una acción que pudiera repercutir directamente en las personas LGTBI de Almería, y fue así como se nos ocurrió crear una camiseta con un indalo mostrando sus colores para que todos los almerienses -pertenecientes o no al colectivo- pudieran llevarla con orgullo y, a su vez, pudiera servir para recaudar fondos para la asociación Almería con Orgullo, ya que todo los beneficios serán donados a esta asociación", afirma.

Almería con Orgullo lleva desde 2016 generando espacios seguros de reflexión, aprendizaje y empoderamiento tanto dentro del colectivo como fuera de este, siempre basándose en la coeducación, el respeto y la inclusión.

Con la campaña 'Almería muestra sus colores', "queremos poner nuestra pequeña aportación para que por fin nuestra provincia sea una Almería con Orgullo". Las camisetas son unisex y ya están a la venta en la web www.semolapura.com a un precio de 19€ con envío incluido.





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