Crónicas de una cuarentena ilustrada

La ilustradora Carmen F. Agudo comparte la serie en sus redes desde el inicio de la cuarentena

Ver una película acompañada de personajes cinematográficos, por Carmen F. Agudo.
Ver una película acompañada de personajes cinematográficos, por Carmen F. Agudo. La Voz
Marta Rodríguez
07:00 • 05 abr. 2020

El coronavirus es el fantasma de aquel videojuego ochentero que nos enganchó a todos y nosotros, el comecocos que debe huir raudo y veloz de ‘comérselo’. En los dibujos de la ilustradora Carmen F. Agudo, la pandemia que desatado su expansión “ha parado en seco el mundo y lo ha puesto patas arriba”. Lo único es que sus consecuencias, las propias del confinamiento -pérdida de contacto social, vulnerabilidad, incertidumbre-, se han plasmado en una serie de divertidas y tiernas imágenes que surgen de la asociación de ideas y la necesidad de reflejarlas de una persona creativa.





En su universo particular, ver una película con tu pareja puede acarrear compartir sofá con el mismísimo Freddy Krueger y la inquietante protagonista de la distopía ‘El cuento de la criada’. Llegar de la compra vistiendo solo una mascarilla quizá implique que metan en la lavadora a 60 grados de temperatura para desinfectarte bien aunque luego encojas algunas tallas. Frenar la curva es subirte a una montaña rusa de emociones que puede suponerte pasar verdaderos momentos de pánico y también algún mareo, pero que tarde o temprano pasará.






Partiendo de lo cotidiano, cualquier cosa de lo que nos afecta a todos sirve como resorte para producir una idea: ir a la compra, el teletrabajo, las noticias, un mensaje, memes. Estamos viviendo días que superan la ficción de cualquier película o serie distópica; estamos sobreinformados y saturados, pero a la vez con más desconocimiento y dudas por todo lo que está aconteciendo”, apunta Agudo en una entrevista a LA VOZ.




Estar confitados
En el cuaderno de dibujo de esta creadora afincada en El Ejido, estar confinados se convierte a veces en sinónimo de estar confitados de los atracones de comer que nos estamos dando, lo que no que impide que en un momento dado seamos capaces de atrapar la estrella que más brille para regalársela a quien tengamos al lado. Lo importante es conservar lo bueno de la vida en un tarro bien cerrado para cuando lo podamos volver a abrir. Ahí guardamos las cañas, los amigos, la playa, las caricias, la música, la familia, los besos, los viajes y los abrazos.






“El humor no es buscado intencionadamente en mi trabajo, es una consecuencia, viene por si solo de esa asociación de ideas o conceptos. Tiene que provocarme ternura y a la vez gustarme, ese punto de la estética personal debe estar presente. Humor no buscando la risa (que también), si no hacer vibrar, sentir y que la imagen invite a entrar en la historia, y ya que cada uno saque la suya”, señala.



La terapia de dibujar
Dibujar permite a Carmen F. Agudo  desconectar, es terapéutico para ella, porque la creatividad y el humor la ayudan a gestionar las emociones, despojarse de miedos y de fantasmas y reírse de todo pero, sobre todo, de sí misma.


Sus creaciones suman cientos de ‘me gusta’ y arrancan sonrisas en las redes sociales. Y a ella le emociona conectar con otras personas, que se sientan reflejadas y provocar ternura o risa. “Te animan a seguir y te mandan mensajes de fuerza y esperanza para continuar”, indica.


Aunque estas pequeñas y coloridas historias de “cuarentena ilustrada” de momento no tengan más pretensión que la de vivir el día a día, quién sabe si mañana no formarán parte de un diario de cómo la gente de a pie venció al coronavirus a base de pequeños gestos.



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