Arte que da vida a muros y fachadas de pueblos almerienses

Las espectaculares obras de Daniel Fernández se han convertido en todo un reclamo turístico

Francisco G. Luque
08:00 • 10 jul. 2022
Desde 2007 fachadas y muros desconchados de numerosos municipios de Almería comenzaron a cobrar vida. Fue el año en el que Daniel Fernández decidió dedicarse profesionalmente al arte mural. Desde entonces, este almeriense de 42 años ha dejado su firma en paredes de Almócita, Carboneras, Padules, La Mojonera, Mojácar, Santa Fe de Mondújar, Antas, Vícar, Ohanes, Fondón, Fuente Victoria o la capital almeriense, destacando que se trata del artista que pintó en el Recinto Ferial e hizo con los transformadores eléctricos que hay por la ciudad un auténtico milagro, al convertirlos en joyas a pie de calle. 

Lleva pintando realmente desde 1995, pero se hizo autónomo más de una década después, cuando pasó de pintar letras a perfeccionar su técnica en 3D y la figuración. Este diseñador gráfico comenzó haciendo “chapucillas”, en algunos bares y pubs, pero no tardó en llamar la atención de la Administración Pública, de reconocidas empresas privadas y también numerosos particulares.

“De pequeño dibujaba como cualquier niño, aunque es cierto que mi madre pintaba bien. El grafiti me llamó la atención al verlo en televisión, en vídeos de rap, y la primera vez que cogí un ‘spray’ me enganché. Fui conociendo gente y ninguno sabíamos mucho, así que aprendimos juntos, unos de otros”, recuerda Daniel, que ya lleva 27 años dando un mejor uso a lúgubres muros.

Con una media de medio centenar de encargos cada año, ha dejado su huella por casi todos los pueblos de la geografía almeriense, poniendo en valor la historia, el patrimonio cultural o el social de cada lugar concreto, convirtiéndose sus murales en reclamos turísticos.

Sus distintos trabajos
Representó de una forma espectacular la Paz de Las Alpujarras con ‘El Gigante de Padules’ o el tradicional festejo de Ohanes de su ‘Toro Ensogado’. Ha fomentado enclaves arqueológicos como Los Millares y la cultura argárica, en Santa Fe de Mondújar y Antas, respectivamente. Una de sus últimas creaciones la ha hecho en Fuente Victoria, con un imponente Boabdil que embellece un municipio que será parte de la ruta que llevará el nombre del conocido como ‘Rey Chico’.

“Para la gente de esos pueblos significa mucho, genera actividad en pueblos pequeños. Es gratificante que te feliciten por embellecer su entorno. Son cosas arraigadas, que tienen más trascendencia que algo meramente decorativo”, asegura el también autor de ‘La Trilla’, de homenajear a la mujer rural en Fondón, de concienciar sobre la violencia de género desde un muro de Almócita o de pintar un mural en Vícar pueblo llamado ‘Confinamiento’, en el que se ve a su hija Ainhoa, su gran inspiración, mirando por una ventana a un parque inalcanzable por culpa de un virus que, precisamente, a su padre le privó de estrenarse en Nueva York.

La lista de sus trabajos, de las obras de arte por las que ha sido premiado internacionalmente, es infinita. Ha pintado en Madrid, Málaga, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla o Granada, incluso en Berlín o París. Ahora pone rumbo a León para dar vida a otra pared muerta.

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