Marchando una de impactos visuales ‘made in’ Almería

Ante la sorpresa de los vecinos y de los transeúntes, un grupo de operarios ha levantado esta semana un extraño muro junto al parking de la Plaza de San Pedro, algo que no tendría que ser noticia si no tuviera a escasos metros la fachada principal de la iglesia de San Pedro, lo que produce un impacto visual de grandes dimensiones. La pregunta que nos hacemos desde el sentido común es ¿qué pinta este muro rompiendo la armonía del monumento y también la de la propia plaza de San Pedro? La pronta reacción de los vecinos ha obligado a intervenir a las autoridades y ha sido la propia concejala Eloísa Cabrera, que no estaba enterada de este disparate, la que tras recibir un correo electrónico por parte de un miembro de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico ha dado los pasos necesarios para detener la obra.

No es que en esta tierra nos alarmemos demasiado cuando atentan contra el patrimonio, pero el dichoso muro de San Pedro saltaba demasiado a la vista como para mirar para otro lado. Aquí estamos muy acostumbrados a comulgar con ruedas de molino en lo que ha impactos visuales se refiere. El ejemplo más claro lo tenemos en los monstruosos edificios o torres siniestras que hace un par de años levantaron detrás de la estación del ferrocarril componiendo un escenario que nos recuerda a los peores tiempos del desarrollismo, cuando nuestras autoridades permitieron levantar pisos en cualquier parte y sin ninguna razón estética.

El colmo del impacto visual lo vivimos hace veinte años, cuando fue nuestro propio ayuntamiento el que se encargó de romper la armonía paisajística del entorno de la Alcazaba construyendo un ático sobre la casa rehabilitada de los Flechas Navales, entre las calles Arráez y Juez. Lo hicieron y se quedaron tan tranquilos, sin que nadie les rechistara. Cuando nos frotábamos las manos porque por fin se había conseguido salvar el edificio, nos encontramos con la sorpresa final, con ese remate inesperado que subió la altura de la casa varios metros, cargándose las impresionantes vistas que ofrecían desde la Plaza de la Administración vieja las murallas de la Alcazaba. Si usted pasa por allí podrá comprobar el desaguisado que cometieron sin que nadie le haya exigido explicaciones hasta ahora. La obra es un auténtico adefesio, una cristalera rematada por encima con un muro de paneles que se han llevado por delante la magia del lugar.

Aunque para impacto visual auténtico, que no ofrece dudas a nadie, ninguno como el de la calle Almanzor en la subida a la Alcazaba. Allí se encuentra el piso que decían que iban a derribar hace más de un año, pero que la pésima planificación de los responsables de Urbanismo lo ha convertido en el lugar más fotografiado de la ciudad. Los turistas que este verano subían hacia la Alcazaba, más que retratar las murallas históricas, lo que hacían era inmortalizar con sus cámaras la lúgubre estampa del citado edificio, que para colmo fue incendiado hace unos meses por varios okupas, ofreciendo una estampa tercermundista de la que nos avergonzamos los almerienses que vivimos en ese entorno. Sirva como anécdota que la vivía en el mes de agosto con una pareja de turistas valencianos que le estaban sacando fotos al piso. Mientras él tomaba las imágenes, le hacía el siguiente comentario a ella: “Por lo que se ve, aquí en Andalucía el dinero va para Sevilla y Málaga y aquí no llega”.