La tribuna del cauce de la Rambla

En 1966 se solicitó a Aguas del Sur de España la ocupación del último tramo de la Rambla

Los adolescentes desocupados frecuentaban la grada que montaron en el cauce de la Rambla en la zona del Parque de Tráfico.
Los adolescentes desocupados frecuentaban la grada que montaron en el cauce de la Rambla en la zona del Parque de Tráfico.
Eduardo de Vicente
20:02 • 10 may. 2023

En 1966, el Ayuntamiento de Almería solicitó a la Comisión de Aguas del Sur de España la ocupación de cien metros lineales en el cauce de la Rambla de Belén, entre la Plaza Circular y el puente de las Almadrabillas.



Desde entonces, aquel territorio medio abandonado que corría paralelo al muro de la fábrica de Oliveros, sin más vida que la de los niños que bajaban al lecho en busca de las hojas de mora para los gusanos de seda, se transformó es un escenario de ocio, en un nuevo parque, donde lo mismo se montaba la carpa de un circo que tocaba una orquesta. En aquel plató ramblero se llegaron a instalar hasta unas rudimentarias gradas de madera que servían de tribuna cuando se organizaba cualquier espectáculo; en los días de diario se convertía en el refugio de las pandillas de adolescentes que encontraban en aquel tramo del cauce un lugar perfecto para aislarse del mundo, fumarse sus cigarrillos y ligar con las niñas del instituto.



Allí, en nuestro querido lecho de la Rambla, se puso en marcha el llamado Parque Infantil de Tráfico. Corría el año 1969 cuando el entonces alcalde, Francisco Gómez Angulo, se empeñó en que las finales de los campeonatos de España de Tráfico, de categoría infantil, se celebraran en Almería. Era una forma de que la ciudad ganara prestigio en el contexto nacional y de dinamizar el comercio, los bares y los hoteles, teniendo en cuenta que el acontecimiento traía consigo un desplazamiento importante de prensa, radio, televisión y un gran número de participantes.



Como el campeonato estaba programado para el mes de octubre, las obras se tuvieron que ejecutar a velocidad de vértigo, trabajando de día y de noche. El proyecto, considerado ‘de urgencia’, se terminó en cinco semanas y se dejó en manos del contratista José Herrada Delgado.



El 28 de octubre de 1969, tal y como estaba previsto, fue inaugurado con grandes honores el Parque Infantil de Tráfico de Almería, que ocupaba 150 metros de largo y 42 de ancho, a lo largo de seis mil metros cuadrados. Las obras costaron cerca de dos millones de pesetas y el resultado fue un recinto amplio con varias pistas de hormigón, aceras, semáforos, señales, jardines, una zona de recreo y el exotismo de un viejo vagón de tranvía que se concibió para ser utilizado como museo.



El día de la inauguración estuvo rodeado de toda la pompa propia de aquellos tiempos, con la presencia como estrella invitada del Ministro de la Gobernación, señor Alonso Vega.



El Parque Infantil tuvo la importancia de rehabilitar un trozo de ciudad que presentaba claros síntomas de abandono. Con las obras del Parque llegó también la inauguración de una pasarela de hierro que comunicaba la Plaza Circular con el otro lado de la Rambla, que en aquellos tiempos se llamaba Malecón de Primo de Rivera, un nombre que entonces daba pie a chistes fáciles que los  jóvenes componían cambiando dos letras de la palabra malecón. 



La pasarela reivindicó ese tramo de Almería que vivía medio asilado al otro lado del cauce y en tinieblas por la falta de luz. Con la nuevas instalaciones llegaron las farolas con iluminación fluorescente que revitalizó la vida por un lugar que en aquellos años era también un camino muy utilizado por los estudiantes del Instituto Masculino, que acortaban por la zona antes de cruzar las vías del tren para llegar al barrio del Tagarete. Al Parque Infantil de Tráfico iban los niños que querían aprender a montar en bicicleta, pero sobre todo, los alumnos de la Escuela-Hogar Madre de la Luz, que ya eran expertos en el manejo de los  mini cars, los coches en miniatura que parecían sacados del juego del Scalextric, con los que montaban grandes exhibiciones para el público de Almería.


El Parque Infantil de Tráfico, como antes le había ocurrido al complejo de pistas deportivas  que se construyeron en el tramo medio de la Rambla de Belén, tuvo la dificultad natural de su lugar de emplazamiento. Cada vez que descargaba una tormenta fuerte en  los cerros que rodeaban la ciudad, salía la Rambla y dejaba empantanadas todas aquellas instalaciones.


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