“Vivir en Almería hace perder oportunidades, pero lo acepto y me quedo”

Entrevista a Sergi Regal, diseñador de vestidos de fiesta y novia

El diseñador Sergi Regal posa para Juan Sánchez en su taller de Carretera de Granada
El diseñador Sergi Regal posa para Juan Sánchez en su taller de Carretera de Granada Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
22:01 • 12 feb. 2022 / actualizado a las 23:15 • 12 feb. 2022

La de Sergio Rebolledo Gálvez, conocido por el sobrenombre de su marca Sergi Regal, es la historia de un chico del barrio de El Quemadero que, a base de talento, determinación y mucho esfuerzo, se ha hecho un nombre a nivel nacional en el mundo del diseño con sus vestidos de novia y de fiesta. Las creaciones Regal, llenas de luz, brillo y poderío, han seducido a famosas como Mónica Naranjo, Pastora Soler o Isabel Pantoja, por citar solo algunas de una larga nómina.



Sencillo y cálido en el trato, no deja pasar un tren que se cruce ni deja de traspasar una puerta que se abra, pero tampoco se echa atrás por las que se cierran, que no han sido pocas. Profundamente almeriense, apuesta por esta tierra pese a los inconvenientes que, como a otros muchos profesionales con espíritu de proyección,  le plantea el aislamiento de Almería. Desde su taller y tienda de la Carretera de Granada, Sergi se multiplica, si tiene que multiplicarse, para atender a sus clientas de siempre, a las que no descuida, y engancharse a eventos de celebrities cuando la ocasión se presenta. Uno de sus proyectos es abrir puntos de venta de sus creaciones fuera de Almeria. Y un sueño por cumplir, vestir un día a la Reina Leticia. Otros que tenía ya los ha visto hacerse realidad. 



¿Cómo llega al mundo del diseño? 



Yo empecé con una mini tienda de 25 metros en Huércal, en La Fuensanta, para gente del barrio. Con el paso del tiempo empezó a buscarme la gente por los vestidos de fiesta. En esa mini tienda empecé a hacer mis primeros arreglos, cursos online y a prepararme como diseñador, aprovechando la experiencia y el saber aconsejar a las clientas. Es un don que yo tengo, saber qué le queda bien a cada una. Empecé a especializarme y me rodeé de modistas, de las de toda la vida, las que mejor saben coser. 



¿Qué le han aportado las modistas?



Las señoras mayores que saben coser me ayudaron muchísimo a especializarme, a aprender trucos y a seguir adelante. Y estando ahí, en esa mini tienda, una clienta me dijo me caso, no me quiero gastar mucho dinero, pero si tú me haces el vestido de novia… y dije el mundo no es para los cobardes. Fue el primer vestido de novia que hice. 





¿Qué mundo se le abrió? 

Yo no soy de marcarme grandes retos, me van surgiendo oportunidades y las voy aprovechando, trabajando mucho. Mucha gente me dice, qué suerte lo que has conseguido, y yo siempre digo que no es suerte, que he tocado muchas puertas y se me han cerrado muchas, ha sido a base de mucho esfuerzo que conlleva vivir en una ciudad como Almería. A mí me llaman y me dicen necesitamos un vestido para una portada de tal revista pasado mañana, eso supone que esta noche no duermo para hacer el vestido… Pero esa portada es mía. 


¿Nunca renuncia a una puerta que se abre? 

No. De momento no he dicho a nada que no, aunque suponga no dormir. A veces me he visto sobrepasado de estrés, porque no era capaz de decir que no a muchas cosas por si se me desvanecía lo que he conseguido. 


¿No es de acomodarse en una zona de confort? 

Suelo huir de la zona de confort. No sé si se me puede llamar valiente. A veces creo que soy un poco inconsciente e incluso pensar en muchos momentos el nivel al que he trabajado o estoy trabajando me da mucho vértigo. Prefiero no pensarlo, lo hago y ya se verá. 




¿Dónde estuvo el salto desde aquella primera novia a ver sus creaciones en los cuerpos de famosas? 

El salto fue cuando pasé de esa mini tienda que ya se me quedaba pequeña porque había corrido mucho la voz y la gente venía a buscarme para que yo la asesorara, tenía un probador y tenía clientas en la calle esperando. Dije, tengo que montar algo más grande. Fue cuando me decidí a crear mi propia marca como Sergi Regal, porque anteriormente mi tienda se llamaba S&V Moda y puse un nombre como más internacional. 


¿De dónde lo sacó?

De mi nombre y mi apellido. Yo me llamo Sergio Rebolledo Gálvez, lo empecé a pensar… Sergi Regal… me gusta cómo suena. Y se quedó. 


¿Cómo le llegó la conexión con famosas?

A mí lo que me ha ayudado muchísimo es el estar en redes sociales. Soy muy constante a la hora tanto de trabajar como de llevar mis redes. Es muchísimo trabajo, porque cuando llego a casa quiero contestar a todo el mundo y tener contacto directo. Mucha gente se sorprende. 


Sus diseños los han llevado personas del mundo del espectáculo muy influyentes. 

Claro, ten en cuenta que, por ejemplo, una Mónica Naranjo que tiene casi un millón de seguidores en Instagram y que tiene seguidores en Puerto Rico, en México, en la otra parte del mundo, y por eso yo tengo seguidores y gente que me quiere muchísimo en México o en Puerto Rico. Si no fuese por las redes sociales, eso no sería posible. 


Otras celebrities también han llevado sus creaciones. ¿Sabe de todas?  

¿Te digo la verdad? Hay momentos que se me olvida, ha sido como un boom. Eva Pedraza presentó las campanadas hace cuatro años con un diseño mío en Canal Sur… Merche, Chenoa, a Pastora Soler le he hecho vestuarios completos de gira, India Martínez, María Parrado, Carlota Mendo para el Festival de Málaga… 


¿Las clientas se dejan aconsejar o vienen con ideas fijas? 

La gran mayoría, sí. También influye mi seguridad y mis tablas, eso se tiene o no se tiene. Yo a una clienta la miro a la cara y le digo, sé que esto tú no te lo probarías, pero hazme caso. La experiencia, la forma de expresarse, es muy importante a la hora de que confíe en lo que se está llevando. De hecho después me dicen, yo no me hubiera llevado nunca ese vestido, pero me han dicho tantos piropos...


¿Y si a alguien le sienta algo mal?

Se le tiene que decir no, mira, quítatelo, porque va a haber otras cosas que te van a sentar mejor. Aquí intentamos esconder lo que hay que esconder, y realzar lo que tenemos que realzar, la clienta se tiene que sentir cómoda y guapa el día del evento para que ella vuelva y diga, yo no me hubiera probado este vestido nunca, pero fíjate lo guapa que estoy. Es nuestra forma de atender a nuestro público.  


¿En qué se fija para ver de una ojeada lo que le sentará bien a alguien? 

Hay una parte de experiencia, otra parte de que me encanta mi trabajo y otra parte creo que es un don especial. La gente alucina. Tienes que saber por el color de piel, de ojos, de pelo, qué te puede favorecer según la forma de tu cuerpo. Siempre para toda mujer, para todo tipo de cuerpo, hay un vestido con el que sentirse guapa y realzada. Tienes que saber encontrarlo… y yo sé hacerlo (risas). 


Es casi como la fórmula de la Coca-Cola. 

Exacto. Muchas veces me han preguntado, ¿pero también para las gorditas? Aquí no hay ni vestidos para delgadas ni vestidos para gorditas. Hay vestidos para todo tipo de cuerpos. Es la experiencia, conocer las formas del cuerpo y de los vestidos. Y saber cómo encajan. 


¿Cuánto puede ayudar a la autoconfianza una ropa que te siente bien?

Al cien por cien. Yo me dedico al tema de ceremonia, bodas, comuniones.. Una novia es la protagonista o el novio, el protagonista, la madrina, la hermana… todo el mundo que va a un evento quiere estar guapo, radiante y espectacular, sentirse admirado, es como un chute de bienestar. Y hay gente que viene un poco baja de moral y en el momento que la tratas te cuentan cosas. Yo no dejo de emocionarme cuando vienen después a darme las gracias. Muchas me preguntan cómo me maquillo, cómo me peino, qué pendientes me pongo. Y bromeo con ellas:  a ver si me vas a preguntar de qué color te pones las bragas (risas). Si es que yo soy de barrio, soy una persona muy sencilla y la gente muchas veces se sorprende. 




¿Cómo definiría sus creaciones? 

A mí me gusta crear una mujer muy femenina, una mujer poderosa. Mi vida ha estado unida a las mujeres. Mi madre fue madre soltera y me criaron mi madre y mi abuela. Para mí la mujer es imprescindible, tiene que ser femenina, poderosa, estilosa, glamurosa….


¿Y empoderada?

Totalmente. Sí, sí. Mis creaciones empoderan a la mujer, tienes toda la razón. Es una de las líneas que intento seguir siempre, dentro de darle el estilo a cada clienta y para qué evento sea. 


¿Y si tuviera que vestir a la Reina Letizia? 

Ufff… ese es uno de mis sueños. A ver quién me iba a decir a mi, cuando yo he sido seguidor de Mónica Naranjo, que iba a ser mi amiga y que iba a trabajar con ella codo a codo, incluso irme con ella a la gira del 25 aniversario. Yo le hice el vestuario y en la última prueba me dijo ¿y si te vienes conmigo? No podía decirle que no a Mónica Naranjo, eso tenía que vivirlo sí o sí. 


¿Cómo imagina a la Reina vestida por usted?

Ella tiene que seguir unos protocolos, eso es indiscutible. Pero ella es atrevida para ser la Reina de España, es una mujer elegante, poderosa, femenina. Es todo lo que me gusta reunir en mis diseños. Sería un bombazo para mí, y un privilegio, aparte de cumplir otro de mis sueños, que los estoy cumpliendo todos (risas). 


¿Pero no tiene en la cabeza un diseño para ella?

Tengo varios.  Yo sé cómo yo veo a la Reina Letizia, pero si surge y se llega a hacer realidad, se verá. 


¿Eso para un diseñador en España es lo más?

Yo, sinceramente, creo que lo más hoy en día es poder seguir viviendo de lo que nos gusta y de nuestro trabajo. El hecho puntual de que puedas vestir a la Reina Letizia  te puede abrir muchas puertas. Pero, al fin y al cabo, es un momento puntual. Con eso no comemos. 


Pero tira de las ventas. 

Se supone que tira de las ventas, pero también es un arma de doble filo porque la gente piensa que tú tienes unos precios inalcanzables. A mucha gente le pasa ya conmigo y se sorprenden después. Yo tengo mis precios, y tengo diferentes marcas, no todo son diseños míos. Luego están mis diseños propios, que ya tienen mi caché y son diseños más exclusivos, pero no son inalcanzables para nada. 


¿Tiene en mente otro tipo de línea de ropa?

No, no está en mis planteamientos. Yo tengo otros planteamientos, poder implantar mi marca, Sergi Regal Novias, a nivel nacional. Me gustaría tener puntos de venta en diferentes partes de España. Bueno, son proyectos a un medio plazo. Sí he hecho cosas durante la pandemia. He tenido que aguantar como fuese. 


Para un negocio como este, enfocado a eventos, ¿cómo ha sido vivir sin eventos? 

Complicado, muy complicado. Diseñé un pijama, el divo traje o divo pijama, porque aparecieron con el pijama toda la gente con la que yo trabajo, Mónica Naranjo, Pastora Soler, Rosa López, y hombres también conocidos. Pensé, ya que vamos a estar en casa, vamos a estar con estilo y con glamour. Lo hice en un verde esmeralda precioso y súper contento con el tirón que tuvo. 


¿Hasta qué punto es un obstáculo estar en una provincia con los problemas de comunicaciones que tenemos? 

Me supone hacer más esfuerzo económico y físico el que no tengamos unas conexiones aéreas buenas, y encima carísimas. Que yo pueda coger un avión, irme a Madrid de un día para otro es impensable. Eso me influye negativamente en mi agenda con mis clientas en otra ciudad. 




¿Las comunicaciones son un factor limitante?

Sí, todo el mundo me dice "al final te terminarás yendo de Almería", pero es que no me quiero ir de Almería.  


¿Se lo ha planteado? 

No, porque soy muy cabezón. Ni me lo he planteado ni me quiero ir, estamos a una hora de avión de Madrid o de Barcelona o de Sevilla, que son las ciudades importantes, y mientras pueda, lo voy a seguir haciendo. 


Posiblemente tendría más oportunidades fuera. 

Soy consciente de que pierdo muchas oportunidades por vivir en Almería, pero lo acepto, y me quedo aquí. Aún así, trabajo mucho para perder la menos oportunidades posibles (risas). 


Decía que es un chico de barrio. 

Sí, yo soy del Quemadero. Además, lo puedes poner, porque hay gente que me dice, “uy, no digas que eres del Quemadero”, pero a mí me hace ilusión, yo me he criado en el Quemadero. Mis amistades siguen siendo de toda la vida. 


¿Con la elegancia se nace o se hace y se paga? 

No, con la elegancia se nace. Hablamos del término elegancia como actitud y como forma de vida. La ropa, lo que tú te pones, es una fachada, una misma pieza se la ponen dos personas diferentes y son dos piezas totalmente diferentes. 


¿Es razonable pagar precios desorbitados por determinadas prendas?

A ver, cada uno es libre de poner los precios que quiera a su trabajo, pero creo que en muchas cosas sí está súper valorado o inflado el precio en determinado tipo de diseño. Yo me dedico a esto y hay cosas que son obras de arte y son libres de pedir el dinero que quieran, pero en ciertos momentos se nos va un poco la pinza. Pero es respetable, tanto el que ponga el precio como la que venga y se lo pague.  


¿Las alfombras rojas, como la de los Goya, son un escaparate tan valioso como creemos?

Claro, gente que no me conocería nunca siendo de Almería, te exponen ahí y, de repente, aparece un Sergi Regal en una revista a nivel nacional, al lado de diseñadores muy importantes. Es lo que me ha pasado a mí, que han salido diseños mío en Hola, Diez Minutos, en Semana. 


¿Se cometen muchas extravagancias en el diseño?

Yo soy una persona que respeto absolutamente todo. La extravagancia, la no extravagancia, lo que quieran. Yo pido lo mismo, y es respeto. Pero sí hay mucho circo por llamar la atención. 


¿Cuál es su material preferido para trabajar? 

En todas mis creaciones me gusta poner algo de brillo. El brillo a la mujer le aporta luz, un algo especial. 


¿Por qué brillo y fiesta? ¿No tendría más venta con ropa casual?

Sí, pero no me inspira. A mí lo que me inspira es esto. Yo creo que con la ropa de fiesta la mujer se ve más femenina y se ve más poderosa. 



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