El Retrovisor: El dolor por la muerte de Arturo Ruiz se hereda

La democracia, las libertades y el pluralismo político, a punto de saltar por los aires

Arturo Ruiz, estudiante asesinado por los ultras de extrema derecha en 1977.
Arturo Ruiz, estudiante asesinado por los ultras de extrema derecha en 1977. Cadena SER
Antonio Torres
21:53 • 21 ene. 2022

Algunos de aquellos crímenes siguen sin esclarecer. Una de las víctimas fue Arturo Ruiz García de 19 años, estudiante y trabajador con vinculaciones familiares con la localidad de Bédar, el pueblo natal de su padre que fue secretario del ayuntamiento de varios municipios como Santa Fé,  o el madrileño Guadalix de la Sierra, entre otros. El hermano de Arturo, Juan Manuel Ruiz fue en uno de los directores de la cárcel de Almería con más carisma y el primero que abrió con actos culturales la prisión a la ciudadanía.



En Bédar residía Mariquita Fernández Cortés, tía de Eduardo Ruiz Fernández, el padre de Arturo: “Cuando venían a Bédar, la familia conocida por los Castilla, se hospedaban en la casa de mi abuela Mariquita. Recuerdo un viaje a Alcantarilla donde se licenció Eduardo, un hermano de Arturo, quien nos enseñó toda la Base Aérea de Alcantarilla y la zona naval y los submarinos de Cartagena”, comentó a este periodista mi primo Antonio Torres, exdirector de la banda de música de Garrucha y de Bédar. Arturo murió cuando participaba en una manifestación pacífica reclamando la amnistía para los presos políticos de la dictadura aún encarcelados. Aquel 1977 estuvo marcado por la muerte de inocentes y con la legalización del PCE y el decreto de Suárez para acabar con la obligatoriedad de todas las emisoras de conectar con El parte de RNE, el único informativo de lo público y lo privado. La libertad estuvo secuestrada. Los padres de Arturo quedaron rotos y no les gustaba comentar con la familia el asesinato.



Quien trabaja para que se conozca la verdad sobre el asesinato de Arturo es su hermano Manuel Ruiz (Granada, 1956) que vive en Granada, empleado en empresa de gas natural, y tiene casa en Roquetas de Mar. “La máxima preocupación de mis padres era que a sus hijos no les pasara nada. Transcurrido el tiempo, creo mi obligación es sacar del olvido el asesinato de mi hermano Arturo. Cuando pienso en aquel 23 de enero de 1977 en el que un fascista asesinó a tiros a mi hermano pequeño Arturo, no deja de impresionarme el cúmulo de paradojas que atraviesan los sucesos de aquel mes nefasto y sus secuelas”.



El domingo habrá un acto reivindicativo y una ofrenda floral en la Plaza de Soledad Torres Acosta (Plaza de Arturo Ruiz) de Madrid, organizado por la familia de Arturo Ruiz, La Comuna de presos y represaliadxs del franquismo. Dos días después, el martes habrá otro acto en el Teatro del Barrio de Madrid. A los familiares de Arturo se sumarán los familiares de los “abogados de Atocha” y los de la asesinada Mari Luz Nájera.



Manuel lamenta, junto a sus familiares, partidos y organizaciones que le apoyan, que no se ha hecho nada. “A pesar del tiempo transcurrido no se ha hecho justicia. Los diferentes gobiernos que han pasado por el poder les puedo decir que han hecho dejación de su obligación de investigar y tratar de hacer Justicia”. 



Jueza Servini



Manuel Ruiz se ha personado en la denominada querella argentina, prestando declaración ante la jueza María Romilda Servini, María Servini, premio de la Fundación Abogados de Atocha, una jueza lleva diez años de trabajo minucioso por buscar la verdad y que está investigando al al exministro Rodolfo Martín Villa. “La sensación de ser escuchado por una jueza que intenta hacer su justicia sobre nuestro caso y trata de investigar y empatiza con nuestro dolor es una sensación gratificante. Todo ello justifica el viaje de 10.000 kilómetros. En los últimos días, otras víctimas de la Transición y nosotros estamos viendo con dolor y preocupación que la frase que nos alienta de Verdad, Justicia y Reparación está en peligro por el avance de la extrema derecha”. Creo que el Estado debería reconocer que durante los años de Transición hubo episodios de violencia en algunos casos terrorismo de estado y en el caso de Arturo Ruiz dar las instrucciones para que se inicie una investigación sobre los hechos y dar orden a la fiscalía para localizar al asesino que nunca se ha hecho”. “La jueza Servini nos recibió el día anterior a la toma de declaración para tranquilizarnos y charlar con nosotros en todo momento con un gran respeto. Una experiencia muy gratificante”.



La investigación de la época, con una docena de testigos, pero que encontró muchos obstáculos, identificó como autor del crimen a José Ignacio Fernández Guaza, un matón de la ultraderecha de 29 años con vínculos con las fuerzas de seguridad. Al día siguiente huyó al País Vasco y poco después, a Francia. Algunos medios lo situaron en Argentina, luego se le perdió la pista. En 1977 solo fue juzgado como cómplice, por proporcionarle el arma del crimen, el argentino Jorge Cesarsky, vinculado al siniestro grupo paramilitar de extrema derecha de su país Triple A, Alianza Anticomunista Argentina. Llegó a España en 1965 y estaba bien introducido en los círculos franquistas. De hecho, tras el asesinato fue seguido por algunos testigos y para su asombro se fue directamente a una comisaría. Fue condenado a seis años de cárcel, pero solo cumplió uno. Como ha recordado en el acto una de sus sobrinas, ´se benefició de la ley de amnistía que Arturo Ruiz estaba reclamando´ cuando le mataron”, según la información de Íñigo Domínguez de El País. 


Asesinato de Atocha. Los ultras fueron protagonistas en la semana negra de la Transición. Al día siguiente, en la manifestación de protesta por el asesinato de Arturo Ruiz, la estudiante Mari Luz Nájera es asesinada por un bote de humo lanzado por la policía antidisturbios. Esa misma noche se produjo la matanza de los abogados de la calle Atocha. Una insoportable línea de asesinatos que fue llevado al cine para recordarnos que hubo una trágica Transición. El día 26 de enero de 1977 se produjo una movilización masiva en Madrid con motivo del entierro de los abogados. El día 28, se proclamó el estado de excepción, en unos tiempos de los últimos coletazos del lamentable Tribunal de Orden Público (TOP).


Víctimas de ese periodo histórico siguen luchando contra el silencio y el olvido. Solo buscan la verdad. Confían que la Justicia les de explicaciones. Arturo Ruiz tenía cinco hermanos y dos hermanas Elvira y Blanca. 


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