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Un vino de Almería se lleva la gran medalla de oro frente a competidores de todo el mundo

El crianza elaborado en la provincia desde hace una década ha sido distinguido en el concurso 'Ecoracimo'

Imagen de archivo de la vendimia en la finca en Vélez-Rubio de Bodega Palomillo.

Imagen de archivo de la vendimia en la finca en Vélez-Rubio de Bodega Palomillo.La Voz

Guillermo Mirón
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Cuando vio la luz allá por 2016, el vino que lanzaba Bodega Palomillo salió al mercado con un nombre que ha terminado siendo toda una predicción. La denominación del vino,  lo mejor 'está por venir' así lo advertía y se ha terminado cumpliendo tras ganar la 'Medalla Gran Oro' del prestigioso concurso mundial de vinos ecológicos 'Ecoracimo' celebrado días atrás en Córdoba.

Una guinda excepcional para el décimo aniversario de esta bodega situada en un paraje natural velezano entre Huércal-Overa y Vélez-Rubio y que ha llevado el nombre de la provincia a lo más alto dentro del sector. Y no es la primera vez que lo hace. Ya en 2022 y en la misma cita internacional obtuvieron la primera mención especial como mejor vino ecológico

Años acumulando reconocimientos

Logros que figuran en un palmarés que va mucho más allá puesto que otros caldos, como su gran reserva 'Resurrección', han recibido reconocimientos "como mejor producto" e incluso han ganado reconocimientos como la mejor acción de marketing, asociada también a ese espectacular 'Resurrección'.

En lo que se refiere al galardonado 'Está por venir roble' el responsable de la bodega, Francisco Palomillo, lo describe explicando que "además de ser un vino tranquilo de sobremesa que entra muy bien, tiene 100% tempranillo y ha estado seis meses en barrica de roble americano y francés y otros seis meses en bodega".

A esta cuidadosa elaboración se le añaden otros atractivos como que "no tiene un precio elevado" aunque su calidad esté "a la altura de los grades crianzas", caracterizándose "por su gusto y retrogusto y porque desde el primer al último sorbo te apetece seguir disfrutándolo, no te invita dejar de beberlo", subraya García.

Quien empezó con la producción de vinos y el cuidado de una bodega como una labor familiar ve ahora cómo se le acumulan los elogios aunque, quizás debido a ese humilde origen, más allá de los premios con quien Francisco García está agradecido es con quienes le acompañan en este camino. "Nos quedamos con el cariño que tenemos, tanto de familiares como de amigos y clientes que son seguidores de nuestros vinos; nos quedamos con todos los que nos arropan a nuestro alrededor".

Un premio histórico para el sector vinícola almeriense que llega además en un momento ideal, cuando muchas familias están preparando sus comidas con amigos, familiares o compañeros de trabajo y pueden encontrar una ocasión perfecta para probar -o volver a degustar- este gran medalla de oro, además de la posibilidad de vivir la experiencia en la propia bodega, como ha recordado su propio responsable.

"Todos los fines de semana hacemos visitas guiadas donde se pueden degustar nuestros vinos pero también invitamos a que la gente lo pueda degustar en sus mesas", ofrece García antes de confiar en que a pesar de todas alabanzas y reconocimientos acumulados, lo mejor esté todavía por venir.

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