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Bares de Almería que no son lo que parecen: del café con tostada del desayuno a un festín de tapas

En pleno centro de Almería y bajo la apariencia de una cafetería se encuentra una de las opciones más interesantes de tapeo en Almería

Imagen de archivo del Barea, entre la plaza de San Sebastián y la calle Granada.

Imagen de archivo del Barea, entre la plaza de San Sebastián y la calle Granada.

Álvaro Hernández
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Antes de que den las siete de la mañana, la cafetera ya está en marcha y las puertas abiertas. En pleno centro de Almería, a dos pasos de la Puerta de Purchena, sigue siendo un refugio para aquellos que buscan una cafetería sea la hora que sea: abre seis días a la semana durante más de 16 horas ininterrumpidas cada jornada. 

Tostadas, café y churros son la Santísima Trinidad de este establecimiento con aspecto de cafetería que esconde una sorpresa y es uno de esos bares de Almería que no son lo que parecen. El Barea es mucho más que una cafetería y un templo del desayuno clásico: también es un bar de tapas de los de toda la vida.

Si bien la mayor parte de horas del día es un sitio muy socorrido para tomar café (ya sea en el desayuno o por la tarde), el Barea tiene un as bajo la manga. Se trata de una extensa carta de tapas tradicionales que difícilmente no cumpliría las expectativas de cualquiera. 

Primero, efectivamente, por la cantidad de opciones. La carta de tapas del Barea, que no cierra a mediodía y que por las noches permanece abierto hasta las 23 horas, tiene casi 50 tapas. Medio centenar de alternativas y todas (menos una tapa, la costilla en salsa barbacoa), son tapas de cortesía, sin suplemento. Y por otra parte, porque en esa carta conviven con la más absoluta normalidad tapas tradicionales con combinaciones totalmente inesperadas.

El laboratorio del chérigan

Una vez descubierta la sorpresa de un bar que parece exclusivamente una cafetería con desayunos clásicos y que, sin embargo, ofrece multitud de alternativas para tapear, toca bucear en esa extensa carta.

Si es notable la presencia de una amplia sección de tapas de cocina clásicas (callos, salchicha al vino, lomo al ajo, ensaladilla rusa, pincho de tortilla, mini burguer...), en la carta brillan con luz propia los cherigans, ese clásico almeriense en peligro de extinción a costa de tapas gourmet cada vez más refinadas. 

Los hay de todos los tipos. Están, por supuesto, los clásicos de atún, jamón york o tortilla con base de alioli o tomate, según el caso. Pero también hay cherigans originales como el boina verde (con atún, alioli, ketchup y aceituna) o perrito (con salchicha frankfurt con alioli y ketchup), además de un llamativo apartado con mezclas que es mejor descubrir en persona y que se refugian en nombres tan curiosos como Huerta-mar, Ramoncín, Pataky, Soviético, Merkel...

Y por si eso fuera poco, en este laboratorio del chérigan almeriense, el Barea también los ofrece fundidos, entre los que destaca uno con morcilla de Serón con alioli.

Más allá del chérigan, el Barea tiene tapas que en otros bares serían consideradas de un nivel gourmet y se sirven aquí, junto a la plaza San Sebastián, con la más absoluta normalidad: tostas de rulo de cabra con arándanos o la de foie de pato con frambuesa.

Desayunos, meriendas... y el americano de Almería

Pero es que, además, entre tanta tapa, el Barea no olvida su vocación de cafetería en la que desayunar (y merendar) y también tiene una carta dulce que lo convierte en una de esas opciones perfectas sea la hora que sea. 

Croissants y bollos suizos con mantequilla, mermelada, york y queso o incluso sobrasada; gofres con todo tipo de complemento o crepes son algunas de las opciones de la carta de cafetería del Barea, que también cuenta habitualmente con un surtido de bollería. 

Y sorprende una línea de su carta que suele pasar desapercibido: el Barea es uno de los pocos sitios de Almería en los que también se ofrece el americano, esa bebida que solo encontrarás en esta ciudad y que, hecha a partir de nuez de cola, sorprende a los visitantes de Almería.

Un cambio de propiedad, pero no de esencia

Precisamente, hace tan solo unas semanas se anunciaba el cambio de gerencia del Barea tras la jubilación de sus anteriores propietarios. Ahora, este estratégico establecimiento hostelero situado entre la calle Granada, la plaza San Sebastián y la Puerta de Purchena ha sido traspasado a los dueños de la Taberna Metropolitana, que buscaban un segundo establecimiento más centrado en el desayuno y el café.

Pero el cambio no va a afectar a lo que ven los clientes: mismo personal y una carta que permanecerá intacta será el mejor seguro de vida de un bar de toda la vida que es mucho más que una cafetería en la que desayunar. 

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