El restaurante más pintoresco del Almanzora donde se come de lujo por menos de 20 euros
Se ha ganado por derecho propio estar entre los imprescindibles de esta comarca

El restaurante más pintoresco del Almanzora donde se come de lujo por menos de 20 euros.
La provincia de Almería presume de una de las mejores ofertas gastronómicas de toda España. De poniente a levante y de la costa al interior, no faltan los rincones donde la cocina casera, el producto local y el buen hacer se dan la mano.
Por ejemplo, en el Valle del Almanzora, además de paisajes espectaculares y pueblos con carácter, encontramos auténticos templos del sabor, con nombres propios que destacan como la reconocida Casa Lázaro en Olula del Río o La Marmita en Macael.
Pero en una pequeña pedanía de Tíjola, algo más escondido, se encuentra un restaurante que ya se ha ganado por derecho propio estar entre los imprescindibles de esta comarca del interior almeriense: el Mesón Azahara, en el núcleo de Higueral.
Llegar a Higueral es sencillo y se puede hacer desde Tíjola o Serón. Al entrar, nos da la bienvenida la iglesia de San Antonio, una joya de estilo neomudéjar.
Justo enfrente, una fachada imposible de ignorar: piedra irregular en tonos ocres y beige, rejas de forja negra, contraventanas de madera rústica, tejadillos de teja y una explosión de vegetación que trepa por los muros.
Dentro del Mesón Azahara, basta con sentarse, mirar la parrilla al fondo del comedor, donde se prepara la carne a la vista, y dejarse llevar. Las brasas son su sello, y el cocinero, Antonio, ha convertido el punto de la carne en arte.
Se llevan la matrícula de honor, explican sus clientes, las chuletillas de cordero o el cabrito lechal, todo hecho a la chimenea y con un aroma que abre el apetito al instante.
Pero no todo son carnes. Las berenjenas con miel son uno de esos entrantes que se quedan grabados en la memoria de los que los han probado y así lo reflejan en sus reseñas.
Las raciones son generosas, los sabores intensos y el ambiente familiar. “He comido muchísimas veces y nunca defrauda”, se repite entre los habituales. Y con razón: por menos de 20 euros por persona, es difícil encontrar una experiencia culinaria de tanta calidad.
La atención es otro de sus puntos fuertes. El trato cercano es otro de los aspectos que los comensales destacan en sus valoraciones y que hacen que uno vuelva una y otra vez a este pintoresco restaurante, del que puede decirse que es un destino en sí mismo.