La noche anterior ponemos los garbanzos en remojo, mejor en el frigorífico y cambiar un par de veces el agua, siempre es mejor. Troceamos el conejo, lo lavamos bien para que suelte toda la sangre y dejamos escurrir  Cuando esté listo y bien seco para que no salpique el aceite lo salpimentamos al gusto y lo freímos en una sartén. Ponemos en el fuego  una olla con agua, agregamos y el conejo ya frito.  Lo ponemos a hervir, le echamos el pimiento rojo limpio de las briznas, los tomates secos, las cabezas de ajo, el laurel, la ramita de tomillo y la sal, con cuidado de que el conejo ya lleva. Cuando estén cocidos los garbanzos le ponemos las patatas, peladas y cortadas en trozos medianos y dejamos que se vayan cociendo. Mientras hacemos un refrito con la cebolla, el ajo, el tomate, todo picadito  y una cucharada de pimentón.  Lo echamos en la olla y le ponemos los gurullos, los dejamos hervir unos 7 -8 minutos y dejar reposar antes de servir, ya dice el refranillo, “gurullos mal cocidos y reposados”. Un plato muy tradicional de nuestra provincia, donde se elabora de diferentes maneras, pero muy reconfortante para estas fechas en las que empiezan los fríos y después de las fiestas. Maridar con un vino de crianza de uva tempranillo.