Para Almería no está prevista -hasta la fecha de hoy- ninguna medida del Gobierno para paliar la sequía, que se empeña en volver a ser pertinaz, como en otros tiempos. Va regresando así, poco a poco, a la provincia más seca de Europa, un fantasma que hace una década se consideraba erradicado.

Tras la alarma en el Poniente con la salinización cada vez más acusada de los pozos para regar casi 30.000 hectáreas de invernadero, ahora también está sufriendo el Levante que ve cómo el Negratín se le ha quedado pequeño para sus 24.000 hectáreas de cultivo de frutas y hortalizas.

Murcia no está mucho mejor, a pesar del caudal del Tajo-Segura, pero mientras que para el campo vecino la ministra ha anunciado un riego de socorro de 10,4 hectómetros, para el Almanzora y el Levante no hay nada previsto, excepto algún remanente que no rebasará, en el mejor de los casos del 3% (300.00 metros cúbicos) como zona beneficiaria del Tajo-Segura.

Murcia se llevará casi el 70% de ese agua y Alicante el 30% y será posible mediante la cesión de derechos  de las comunidades de regantes madrileñas de Estremera  y La Poveda.

Mientras tanto, la sociedad Aguas del Almanzora ha intentado conseguir cesiones de agua de la Comunidad de Regantes de Fuente Palmera, en Córdoba, pero la Administración no lo ha autorizado porque estos regantes tienen un expediente abierto por cesión irregular de agua el pasado año.

El presidente de Aguas del Almanzora, que agrupa a 27 comunidades de regantes y a 10.000 comuneros, considera que “en Almería vivimos una pandemia de agravios con el tema del agua”. Los regantes de esta comarca, fuerte sobre todo en cítricos, lechuga y brócoli, suman una superficie de 24.000 hectáreas, de las que unas 4.000 hectáreas están bajo la amenaza de no poder sembrar por falta de un mínimo caudal.

El único recurso con el que cuentan, el Trasvase del Negratin que realizaron hace 16 años con financiación propia, está también bajo mínimos y solo les restan 12 hectómetros para finalizar el año. “Sigue sin llover, además, y en el fondo del pantano solo queda fango y se hace ya difícil bombear agua para riego”, admite Serrano.

"Lo peor está por venir -añade el presidente de la sociedad- porque la previsión meteorológica es la de un otoño seco”. La desaladora de Cuevas está averiada y la de Carboneras no tiene suficiente para dar a Níjar y para abastecimiento. “Almería es una provincia agrícola al 100% pero parece que no nos damos cuenta”, concluye Serrano.