El debut liguero del nuevo Almería de Fernando Soriano ha ofrecido claros y oscuros. Los primeros dan pie a pensar en positivo, los segundos a resucitar recientes fantasmas, porque últimamente el equipo va de fracaso en fracaso.

El lado más amable del estreno esta temporada tuvo como protagonista al mejor Ramón Azeez de todos los tiempos.
El nigeriano ofreció una lección magistral de dominio del balón, entrega, colocación, fuerza y gol. Se convirtió en la estrella que iluminó la noche almeriense imponiendo su autoridad y regalando un gol que llevó la alegría a los 9.000 almerienses que se dieron cita en el Mediterráneo.
También resultó ilusionante el trabajo de Fidel. El exterior llegado del Córdoba ofreció detalles que hacen pensar con fundamento que con su presencia el equipo mejora sus prestaciones atacantes por el costado izquierdo. Además se mostró como un consumado y efectivo ejecutor de las acciones a balón parado.

Defensa
No hubo sorpresas en el eje de la defensa donde tanto Trujillo como Álex Quintanilla, ausente por sanción, tendrán que estar a su nivel más alto para igualar las prestaciones de Saveljich en la campaña anterior, además con uno y otro el equipo pierde centímetros con respecto a la anterior campaña.
Iago cumplió mejor en ataque que en defensa y Ximo perdió lucidez en el costado izquierdo. No parece una retaguardia de garantía para salir lejos del Mediterráneo.

Diamanka gustó
En líneas generales cumplió la medular. Fran Vélez volvió a trabajar con acierto en la recuperación y pagando fuegos. Cumplieron Jonathan y Fidel en las bandas y no apareció lo que el equipo necesita Pozo. Da la impresión de que este joven jugador se desgasta demasiado en lo que peor sabe hacer, defender.
Positivo debut del centrocampista Diamanka al que le bastaron 10 minutos para meterse a la afición en el bolsillo. Por el momento, ya la espera de la aportación de Juanjo, no hay nada nuevo bajo el sol que ilumina el juego de ataque de los rojiblancos.

a pérdida de centímetros va a perjudicar seriamente la salud del equipo. 
En 14 lanzamientos de esquina no hubo ni un solo remate de cabeza bien dirigido y en lo poco que atacó el Cádiz le ganó la partida a los defensores locales por arriba en dos ocasiones.