Hoy voy a encarar el análisis del fútbol desde una perspectiva diferente; me voy a referir a la MORAL, el alma de los equipos, ese estado de ánimo, individual o colectivo, según nos refiramos al individuo o al equipo.

El jugador, en su comportamiento, ofrece al juego ciertos factores, que son:

Su condición física, su destreza técnica, su saber táctico, su proceso intelectivo para tomar decisiones y su estado de ánimo o moral deportiva.

Podemos decir, por tanto, que el jugador ofrece al juego dos facultades, LA FÍSICA Y LA INTELECTUAL; ambas, con el esfuerzo, sufren fatiga, y la fatiga de una influye, sobremanera, en la otra.

De las dos, la menos resistente es la intelectual, y cayendo en ella, el buen discernimiento del jugador se verá afectado de forma alarmante. Es por lo que, el entrenamiento de la facultad intelectual, debe ir parejo al de la física, y si la moral del equipo no es la adecuada, se va a manifestar en el partido, cualquiera que sea el transcurrir del mismo, a saber:

Si el contario es superior, porque sabe interpretar mejor sus conceptos, lo normal es que gane, pero una buena preparación en la moral, nos hará poner más interés y al final, si somos perdedores, podremos felicitar al contrario con la cabeza muy alta. Un equipo mal preparado, ante esta perspectiva, caerá en la DESERCIÓN y alguno querrá arreglar por su cuenta lo que el equipo no puede.

Si los superiores somos nosotros, la confianza generará falta de concentración y aparecerán las imperfecciones; además, la prepotencia nos inclinará al lucimiento personal y caeremos en el INDIVIDUALISMO, actitud mucho más nefasta que la deserción anterior.

El Almería gana en Ponferrada y a la semana siguiente gana en casa al Bilbao Atletic; cuando salimos del campo, todo el mundo va diciendo que es el mejor partido que le hemos visto al equipo.

Esto me sirve para decir que hay dos clases de moral: LA COMBATIVA, que es la que nace cuando el resultado va bien, parece que los nubarrones han pasado y todo el mundo quiere jugar, todos quieren balón y nadie se esconde, la AGILIDAD MENTAL está en fase positiva.

LA MORAL TÉCNICA es fruto del saber, nace al pensar que disponemos de todos los medios y soluciones para conseguir la victoria.

No debemos confundirlas y querer ganar los partidos sólo con la moral combativa, si caemos en ese error, el contrario y los resultados nos volverán a la realidad.

Vuelvo a insistir en que el entrenamiento de la facultad intelectual debe ir parejo al de la física; y los factores que la componen, que entre otros, son:

LA AGILIDAD MENTAL, LA FURIA, EL SABER, EL MIEDO Y EL VALOR

Tiene que conocerlos y dominarlos el jugador, porque:

“Si un equipo tiene su moral bien entrenada, ni el fracaso ni el éxito deben hacer mella en su rendimiento, que está obligado a ser el máximo en todo momento”