Resulta incuestionable el continuo crecimiento que viene experimentando el Almería desde que El Pipo y su equipo se hicieron cargo de la dirección del plantel. La reacción comenzó buscando la solidez en defensa y en los últimos encuentros la escuadra almeriense, bajo la batuta de Pozo, ha generado un número de oportunidades para hacer gol, muy complicado de lograr en una competición tan igualada como esta.

Un gol en 652 minutos
El entrenador argentino del Almería comenzó a poner en escena una defensa con tres centrales y dos laterales de largo recorrido en la jornada 24, cuando los rojiblancos visitaron El Sadar para enfrentarse a Osasuna. El partido finalizó como había empezado, 0-0.

Tras el empate en Pamplona, llegó el descalabro ante el Lugo (0-2), pero los tantos lucenses llegaron con el Almería desplegando una defensa de cuatro, ya que Goñi se había quedado en el vestuario en el descanso. Posteriormente, el conjunto rojiblanco visitó al Alavés, entonces líder de Segunda. Se adelantaron los almerienses con gol de Esteban Saveljich y empataron los locales en superioridad, con tanto de Raúl, en el que ha sido el único gol que el Almería ha recibido en los 652 minutos que ha disputado con tres futbolistas fijos colocados en el centro de su retaguardia. Un dato que pone de manifiesto la eficacia del sistema y que, hasta ahora, ha puesto en evidencia a los delanteros contrarios, que no han sido capaces de batir a Casto, ya que Raúl García es defensa y Yuste, centrocampista.

Cuatro partidos a cero
A continuación, Casto consigue mantener la virginidad de su portería en cuatro encuentros, dos en casa frente a Albacete y Girona, y dos fuera: en Tenerife y Elche. La llegada del Mallorca ha supuesto que el meta almeriense vuelva a ver violada su portería pero, una vez más, el gol del equipo rival no llegó cuando el Almería jugaba con sus tres centrales salvadores, sino cuando lo hacía con dos. Fran Vélez había dejado el terreno de juego en el minuto 67 y el tanto mallorquín llegaba en el 75.

Total, lo dicho, 652 minutos como suma de seis partidos completos, más 45 minutos del Lugo y 67 del Mallorca, con defensa de cinco, en los que sólo una vez el Almería vio batida su meta.

Goles evitables
En lo que respecta a los dos tantos encajados en los seis últimos encuentros, se puede afirmar que ambos han sido de una forma muy similar. Balones centrados desde el costado derecho del ataque rival en la zona del medio campo, con la rosca hacia adentro y en las inmediaciones del punto fatídico, cabeceado por dos jugadores llegados desde segunda línea. La diferencia estuvo en que el de Vitoria fue de jugada y ante el Mallorca de falta. Pero ambos eran evitables, el primero por Carlos Cuéllar y el segundo por Jorge Morcillo, que se quejó de un pisotón.