El Almería lleva una temporada de decepción en decepción. Apenas se ve la luz al final del túnel, sobre todo después de perder en Butarque frente al Leganés, pero hay un pequeño rayo de esperanza para un equipo y una afición que no esperaban verse con la soga al cuello. Hay que marcharse a la campaña 2011-2012, curiosamente con el Almería recién descendido a la categoría de plata, para encontrar una remontada épica. El Girona, en la jornada 22, era penúltimo con 17 puntos, solo con uno de ventaja sobre el colista, el Nástic, que al final perdió su puesto en LFP. El Villarreal B marcaba la plaza tranquila con 22 puntos.

Los gerundenses hicieron una segunda vuelta espectacular, sumando 32 puntos y certificando la salvación. En total, consiguió 49 puntos, dejando atrás a Recreativo, Real Murcia, y ya en descenso a Sabadell, Cartagena, Alcoyano y Nástic. El Girona pasó de 3 victorias en 22 jornadas, las mismas que el Almería actual a sumar nueve en la segunda ronda del campeonato.

Los rojiblancos tienen que empezar la remontada ante el Real Zaragoza, otro de los clubes que soñaba con estar más arriba al inicio de la competición. Todo lo que sea ceder puntos en el Mediterráneo supone dar un paso atrás en la carrera por continuar en LFP, que es el gran objetivo que persigue el presidente para la viabilidad del club.
Goro y la plantilla cogen la calculadora y hacen cuentas de permanencia. Es difícil, pero no imposible. El Girona dio la campanada con una segunda vuelta de cine en 2012. El Almería está capacitado para hacer eso y más.