El comportamiento de la afición del Almería es tan bueno que el día que los jugadores ganen un partido lo mejor será que se suban a la grada y abracen uno a uno a cada uno de los aficionados.

Y luego que regalen las camisetas, los pantalones, y hasta las botas si hace falta, porque vaya año de penas señores. Vaya año. Por Dios.

Lo dijo Esteban cuando bajaron a Segunda en 2011 y lo ha dicho Iago Díaz hace unos días: “Cualquier afición hubiese respondido de otra forma pero en Almería son fenómenos con su equipo”.

Ni cuando bajaron a Segunda ni con una de las peores rachas de la historia la afición deja de estar con sus jugadores. Es cierto que a veces pitan para despertarlos pero en el fondo los quieren con locura a cada uno de los que visten la rojiblanca.

Pido a los profesionales del Almería que el día que logren ganar un partido que se repartan por sectores del campo y se abracen a los aficionados como lo hacen cuando marcan un gol.

Se merecen una alegría y ser como otras aficiones que al mes cantan como mínimo una victoria pero es que lo de este año no hay quien lo entienda.

Almería es tierra de fútbol. Tiene poca afición de asistencia pero infinita de seguir al equipo. Lo que hace el Almería preocupa, y mucho, a todos los almerienses.

Se nos puede tachar de contar con una numerosa afición de barra de bar pero en definitiva los que van y los que se quedan en casa: aman a su Almería.

Esta afición se merece el abrazo de la plantilla.

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